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25 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Muerte de Leonel Francia: manchas de sangre en varios puntos de la casa, una lesión punzopenetrante y una línea de tiempo precisa complican la versión de la madre

En una nueva jornada del debate, peritos del CIF y médicos del hospital Papa Francisco presentaron pruebas que ubican el hecho en la planta baja de la vivienda, descartan la hipótesis de una caída y señalan que el niño murió por un traumatismo craneoencefálico provocado por un objeto aún no identificado.
Lunes, 25 de agosto de 2025 16:05
Foto: Javier Rueda
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El juicio por la muerte de Leonel Guillermo Francia, el niño de 11 años hallado sin vida el 31 de agosto de 2023 en barrio Solidaridad, sumó este lunes nuevos testimonios y pruebas contundentes. Los especialistas del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) y médicos del Hospital Papa Francisco expusieron testimonios e imágenes que comprometen seriamente a la acusada, su madre Lidia Raquel Cardozo, imputada por homicidio calificado por el vínculo y lesiones leves calificadas.

Hoy declaró en primer término el perito del CIF que tuvo a su cargo la inspección del domicilio donde vivían la acusada y la víctima, la recolección de indicios y una reconstrucción de lo que pudo haber ocurrido el 31 de agosto de 2023 en la vivienda de barrio Solidaridad. Reprodujo de manera multimedia, imágenes de distintos sectores de la vivienda, de la evidencia recogida y una reconstrucción que elaboró con la colaboración de su grupo de trabajo y de la médica que realizó la autopsia.

El testigo –licenciado en Criminalística- explicó que la investigación comenzó el mismo día del hecho, cuando un policía que se encontraba de consigna en el Hospital Papa Francisco comunicó que al lugar había arribado una mujer con su hijo de 11 años, ya sin vida, y que había afirmado que el menor se había caído de la planta superior de su casa.

A partir de ese momento inició su intervención con una primera inspección en el lugar del hecho. Durante la audiencia expuso el plano de la vivienda que cuenta con una planta baja, una planta alta y una terraza con paredes y sin techo. Señaló que en el sitio había cuatro cámaras de seguridad, dos ubicadas al frente y dos en la parte de atrás.

Rastros hemáticos, prendas mojadas y la hipótesis del garaje

Enumeró las manchas de sangre encontradas en diferentes ambientes del inmueble. Remarcó que la mayoría de ellas estaban ubicadas en la planta baja. Luego de la recolección se analizaron las muestras.

En base a la inspección ocular y a las evidencias reunidas se seleccionaron diez que dieron positivo para sangre humana y que tenían el perfil genético de Leonel.

Las manchas fueron halladas en distintos sectores de la vivienda: en la funda de una almohada y el cobertor del colchón, junto a la cucha del perro y en un patio interno; también en una bolsa de plástico en la cocina, en el mango de una pala guardada en un baño usado como depósito, debajo de la pileta del lavadero, en el marco y el piso de una puerta, y hasta en el capó del automóvil.

Posteriormente, se aplicó la técnica de luminol sobre una mancha aparentemente diluida con agua en el piso del garaje, y la reacción resultó positiva para rastros de sangre.

Foto: Javier Rueda


En base a estos indicios y a la ausencia de manchas en la parte superior de la casa, el profesional estableció que el hecho habría ocurrido en el sector del garaje, en la planta baja.     

El testigo también mencionó las prendas incautadas el 31 de agosto, que correspondían a la vestimenta del niño y de su madre aquella mañana. Esta identificación fue posible gracias a las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la vivienda

En el caso del niño, el perito señaló que la ropa (un buzo, un pantalón deportivo y un par de zapatillas negras) estaba húmeda, en el lavarropas.

Una línea de tiempo que revela los movimientos en la casa

Luego presentó la línea de tiempo elaborada a partir de las cámaras de la vivienda y del Hospital Papa Francisco. Según esa reconstrucción, entre las 7.34 y las 7.36 se observa al niño arrojando agua en la vereda. Minutos después, entre las 8.03 y las 8.09, llegan los albañiles, quienes permanecen esperando afuera hasta que, a las 8.52, la acusada abre el portón y retira su automóvil del garaje, ya con una mancha de sangre visible en el capó. A partir de estos registros, el perito concluyó que el hecho habría ocurrido entre las 7.36 y las 8.53. Finalmente, a las 11.18, las cámaras muestran al capataz saliendo de la vivienda con el menor en brazos, acompañado por la madre, para subir a una camioneta y trasladarlo al hospital.

Sin rastro del objeto que causó la lesión mortal

El testigo explicó que la vivienda fue minuciosamente revisada en busca del elemento que provocó la lesión mortal, aunque no se logró hallarlo, al igual que el celular del niño. Detalló que la búsqueda se orientó a partir de las precisiones brindadas por la médica que realizó la autopsia, quien describió que, por las características de la herida punzopenetrante en la cabeza, debía tratarse de un objeto metálico, duro, con punta y de al menos 12 centímetros de largo.

El perito subrayó además que, en la planta alta —donde la acusada afirmó que su hijo se había accidentado—, no había ningún elemento propio de una obra en construcción que pudiera ser compatible con la lesión fatal. En ese mismo sentido, descartó categóricamente que la muerte pudiera haber sido producto de una caída.

También declaró una médica anatomopatóloga del CIF, quien respaldó su testimonio con imágenes de la autopsia. Señaló que la causa de muerte fue una lesión punzopenetrante que provocó un traumatismo encéfalo craneano y agregó que el cuerpo presentaba otras lesiones contemporáneas, es decir otros golpes o marcas sufridos prácticamente en el mismo momento.

Al ser consultada, descartó que la lesión vital se hubiera producido por una caída desde su propia altura o de una altura mayor.

Más tarde declaró una médica que intervino cuando el niño ingresó al hospital Papa Francisco, junto a una psicóloga del mismo centro de salud que tomó contacto con la acusada.

Los jueces Leonardo Feans, Martín Pérez y Francisco Mascarello, al finalizar la jornada, dispusieron un cuarto intermedio hasta este martes 26 a las 9, para continuar con la ronda de testimoniales.

El hecho ocurrió el 31 de agosto de 2023 en barrio Solidaridad, cuando la víctima ingresó sin vida al hospital Papa Francisco con una grave herida en la cabeza. La autopsia confirmó que el niño murió a causa de un traumatismo encéfalo craneano grave provocado por una lesión punzopenetrante.

 

 

 

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