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“No hay pánico pero se tomaron muchas medidas preventivas”, expresó el médico epidemiólogo David Chávez, en la ciudad de Manzanillo, a unos 700 kilómetros al este de la capital. “Lo cierto es que hay gente que se asusta y claro, cuando una persona tiene diarrea, de inmediato va al hospital”, agregó.
Las medidas fueron adoptadas por las autoridades cubanas luego del fallecimiento de tres personas la semana pasada. En esa ocasión, el Ministerio de Salud emitió el único informe sobre la enfermedad y sus víctimas. Se informó que los casos confirmados de cólera en Cuba son al menos 85, y tres personas han muerto desde que se detectó el brote, indicaron ayer fuentes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La cifra coincide con la señalada el domingo 3, en una presentación en el canal de televisión Telecentro, de la provincia de Granma, por la epidemióloga gubernamental Ana María Batista González. “Los tres fallecidos eran adultos mayores con antecedentes de enfermedades crónicas”, añadió la OPS, de la que Cuba es miembro, citando la información dada por el Gobierno de La Habana.
La OPS mantiene, hasta ahora, la información contenida en un comunicado del Gobierno de Cuba fechado el 3 de julio, acerca del brote de la enfermedad. Por su parte, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos no menciona el cólera, ni recomienda la vacuna contra ese mal, entre sus advertencias para los viajeros a Cuba. Las autoridades cubanas informaron que habían detectado la infección intestinal, causada por la bacteria vibrio cholerae y acompañada por fuertes dolores, diarrea y deshidratación, e indicaron que tres personas murieron.
Otro médico de la ciudad oriental de Manzanillo, citado por el diario El Nuevo Herald, de Miami (EEUU), atribuyó a la epidemióloga Batista González la cifra de 346 posibles casos de cólera y de 3.998 personas afectadas por vómitos y diarreas.
En tanto, el mismo diario menciona a un disidente en Bayamo que dijo que “había oído informes de cinco muertes”, y otro periodista independiente en La Habana que informó de “unas 15 muertes”.
La última epidemia de cólera en Cuba ocurrió en 1882, y los últimos casos se registraron poco después del derrocamiento del presidente Fulgencio Batista, en 1959. La OPS describió el brote como “un incremento en el número de enfermedades diarreicas agudas relacionadas con el consumo de agua proveniente de pozos locales contaminados”.
Chávez informó que en Manzanillo “los médicos pasan por las casas para ver si la gente tiene problemas de salud y dan consejos sobre las medidas por tomar, como hervir o echarle cloro al agua, lavarse las manos”. Además, automóviles con altoparlantes pasan por las calles de esa pequeña ciudad para informar a la población. En Cuba existe una buena organización de defensa civil para los casos de ciclones, epidemias u otros. Además, la isla dispone de centenares de médicos y personal paramédico, de los cuales miles se encuentran en Haití, precisamente atendiendo la epidemia que asoló ese país después del terremoto de 2010.