inicia sesión o regístrate.
La Sindicatura General de la Nación (Sigen), que conduce el polémico Daniel Reposo, consideró que no hubo irregularidades en la extensión de un contrato para dragar el canal Martín García, luego de que el Tribunal de Cuentas (TCR) de Uruguay marcara sus “dudas” sobre la regularidad de ese acuerdo. En tanto, Argentina decidió suspender “nuevas actuaciones relativas” hasta que el país oriental se sienta totalmente satisfecho ante sus reparos.
Los informes difieren sobre la actuación de la Comisión Administradora del Río de la Plata respecto a la extensión del contrato de la empresa Riovía para el mantenimiento del dragado del canal Martín García a un costo de 1.262.500 dólares mensuales.
Mientras que la auditoría realizada por el Tribunal de Cuentas de Uruguay marca “dudas” sobre la regularidad del acuerdo, el informe de la Sigen dijo que el precio es razonable.
Según trascendió, la auditoría de la Sigen hizo un extenso racconto de lo que es la CARP, las funciones que debe cumplir, el modo de funcionamiento y el historial del contrato con la empresa Riovía. Afirma que “el monto resultante de la negociación entre las partes (US$ 15.150.000 anuales) resulta razonable.
La grave acusación
La difusión de la auditoría sobre la actuación de la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), tras un reclamo de la oposición uruguaya, volvió a poner en el tapete la denuncia que hace dos meses hizo el ministro itinerante Julio Baraibar, luego de la cual presentó la renuncia, pero el presidente José Mujica no se la aceptó. Baraibar mencionó un intento de soborno en Argentina en 2010 al delegado uruguayo en la CARP, Francisco Bustillo (entonces embajador en Buenos Aires), para que favoreciera la continuidad de la empresa Riovía.
La auditoría alude a ese presunto intento de soborno cuando habla de una reunión a la que fue citado por el entonces vicecanciller argentino Roberto García Moritán. Bustillo dejó sentado en las actas que “la conversación tomó un giro que no me gustó”, al manifestarle su interlocutor que tenía buenos contactos con Riovía y “que sabía por comentarios que la empresa había ofrecido en otras oportunidades sumas para verse beneficiada, lo que él suponía podía volver a suceder”. Ese encuentro, según Bustillo, tuvo un abrupto final, cuando García Moritán le informó que había invitado a la reunión a Sergio Cetera, representante comercial de la concesionaria.