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Hace pocos días vi en diferentes noticieros un reclamo hecho por los padres de una niña internada en un nosocomio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para que destraben la importación de medicamentos; ellos no podían adquirir una droga de origen alemán que era parte del tratamiento de su hija, que corría riesgo de muerte.
Cuando escuché la noticia, creí que se trataba de esas chicanas de desprestigio a ciertos funcionarios del Gobierno promovida por algún grupo económico o por la prensa opositora. Parece no ser así, el pasado domingo me encontré con el Dr. Luis Tapia, cardiólogo y especialista en cateterismos vasculares, quien me contó que tiene un paciente muy comprometido con su cuadro clínico y que no lo puede operar porque no tiene los elementos para hacer la intervención con éxito. Estos elementos son unos catéteres importados que se encuentran retenidos en la Aduana por disposición del secretario de Comercio Interior, el Sr. Guillermo Moreno.
Entonces me pregunto: en caso de que pasara lo peor con estos pacientes, Dios quiera que no, para la Justicia, ¿es un homicida el Sr. secretario ?, ¿o sólo será homicida el pariente que decida hacer justicia por mano propia, angustiado por el dolor y desconsuelo provocados por el capricho de un funcionario, no votado por el pueblo y que tiene las características y el perfil de bravucón homicida? ¿Alcanza con separarlo del cargo para reparar los terribles daños provocados? ¿Que castigo ejemplar merece su conducta como funcionario?
Horacio Bertero
Ciudad