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“Lo que más me duele es que mi hijo va a quedar con secuelas por lo que sufrió, y eso será muy difícil de superar”, lamentó entre sollozos Mariana, la madre de otro de los niños que fue requisado por la policía mientras sus propias maestras observaban y aprobaban ese accionar.
La situación ocurrió el pasado 2 de agosto en la escuela especial 5074 Virgen del Rosario de Cafayate, cuando la maestra del plurigrado le advirtió a la vicedirectora que le habían robado su billetera con $1.500. Ambas decidieron llamar a la policía, los efectivos revisaron las pertenencias de los alumnos y a dos de ellos les sacaron los pantalones. Mariana, coincidentemente con la otra madre que denunció lo ocurrido, Ramona Rosa Flores, dijo que la directora las encaró para decirles que no tenían ningún derecho a denunciar lo que pasó. “Fue muy doloroso cuando nos acusó de que a nuestros chicos los tenemos abandonados. No tiene idea de nuestras vidas, pero además eso no tiene nada que ver con lo que sucedió en la escuela”.
Pasado el mediodía de ayer, Mariana contó que su hijo y el otro nene “no solo fueron desnudados, ya que hasta les quitaron el slip, sino que después los dejaron abandonados al final de la jornada de clase. El personal docente y los policías se retiraron de la escuela, los dejaron solos y perdieron el ómnibus que los trae hasta Animaná. Mi nene y su compañerito comenzaron a caminar hasta el puente de salida del pueblo para hacer dedo y gracias a Dios, justo pasaba mi hermano que es remisero y los trajo hasta la casa”.
Mariana recordó que ese mismo día fue a la Comisaría a denunciar, la llamaron a la directora y se cruzaron acusaciones. “La directora decía que no había autorizado la requisa y los policías respondieron que sí los habían autorizado. Al final la directora me dijo que no me preocupara y se comprometió en que se iba a solucionar todo”.
La mujer dijo además que puso la denuncia en la Fiscalía ya que hasta ahora nada se sabe del dinero supuestamente perdido.
“También me entrevisté con la supervisora a quien la directora le dijo que ya estaba todo solucionado y que los chicos ya estaban yendo a la escuela, pero es mentira pues ninguno quiere volver.
Derechos Humanos en Cafayate
Después de quince días, una comisión del Ministerio de Derechos Humanos viajó ayer a Cafayate para entrevistarse con padres, docentes y policías.
Lo hicieron Fabiana Avila, subsecretaria de Grupos en situación de vulnerabilidad; Paola Pons, director de Discapacidad y dos asesores legales.
“No supimos antes el problema; nos enteramos ayer por El Tribuno“, admitió Fabiana Avila al ser consultada por la cantidad de días que demoraron en ir a Cafayate.
“Escuchamos a los padres y ratificaron lo que conocimos por el diario. Están muy angustiados, y más aún los chicos afectados. Ofrecimos todo nuestro asesoramiento desde lo legal y articularemos con el gabinete psicológico del hospital para que atiendan a los niños”.
Desde el punto de vista legal hay dos caminos: la causa penal por la falta grave de policías y maestras, que separaron a dos alumnos acusándolos directamente, y la sanción que adoptará cada área cuando se prueben estos hechos. Avila aclaró que de los cuatro policías que concurrieron, dos son los sancionados porque hicieron la requisa.
“Nada justifica el avasallamiento a los niños”
“No se puede enseñar valores a los niños cuando desde los adultos se los avasallan”, fue la contundente reflexión de Carmen Dorado, directora de la Sociedad de la Estrella que atiende niños con síndrome de Down en Salta.
Licenciada en Educación Especial, Dorado consideró aberrante lo ocurrido en la escuela especial de Cafayate, porque la violencia fue desde lo institucional.
Al avanzar sobre lo ocurrido en Cafayate, la profesional hizo hincapié en aplicar el sentido común en el trato y la educación de los menores, más aún en los casos de vulnerabilidad como los discapacitados mentales.
“Si me tocara decidir en una situación como la ocurrida en la escuela vallista, jamás hubiera permitido la presencia policial y menos todavía que se requise y hasta desnuden a los chicos. Es un avasallamiento a la condición de persona y de persona-niño. Los chicos, en todos los casos, captan perfectamente todo tipo de comportamiento y sufren la falta de respeto a su integridad”, afirmó.
Respeto y sentido de lo propio
“En nuestro centro de estimulación comenzamos a educar a los niños desde lo básico: el respeto que todo ser merece más allá de cualquier discapacidad”, remarcó. Y fue explícita al explicar que “cuando hablamos de respeto estamos enseñando valores, lo que implica el respeto por el propio cuerpo y la propiedad privada. Cada uno de los chicos y grandes que convivimos en la institución manejamos nuestras cosas, aspecto que les enseñamos a los alumnos: Esto significa establecer la distancia entre lo propio y lo ajeno, tanto en las cosas materiales como en el manejo de nuestro cuerpo y nuestras ideas, porque somos seres independientes y únicos”.
Finalmente, Carmen Dorado puso el acento en que trabajó con niños discapacitados de todas las edades y “la superación de cada uno, más allá de las limitaciones, tiene que ver con el trato diario y la educación, que jugarán a favor o en contra del crecimiento y el desarrollo. Las escuelas especiales tenemos que trabajar sobre la comprensión en cuestiones básicas y fundamentales, que comienzan por el respeto”, insistió.