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Dos jóvenes inhalan pegamento, por la tarde, en los departamentos del grupo 99 del barrio Castañares. Luego, una adolescente llega y es invitada por los adictos a compartir la sustancia.
De menor a mayor medida, la droga continúa haciendo estragos en la capital salteña y un claro ejemplo de ello se da en el grupo 99 viviendas del barrio Castañares, situado en la zona norte de esta capital.
Cansados de esta situación, un grupo de vecinos se comunicó con El Tribuno para denunciar lo que observan a diario: menores inhalando pegamento a plena luz del día, en una glorieta que se encuentra ubicada en el centro de los departamentos.
“Hace un tiempo no muy lejano, estos mismos chicos empezaron a tomar alcohol; después fumaban marihuana y ahora hasta aspiran pegamento. Es una locura”, aseguró un vecino identificado como David.
“Antes no nos metíamos porque entendíamos que si bien se estaban haciendo daño, era problema de ellos. Pero ahora la gravedad es mayor porque esto es un elemento que les seca el cerebro y los chicos son capaces de hacer cualquier cosa cuando están bajo los efectos de esa sustancia. Estamos atemorizados”, continuó el hombre.
Tras el reclamo vecinal, un equipo periodístico de este matutino recorrió el lugar y fue testigo de la problemática que denuncian los habitantes del barrio.
En ese sector se observaron bolsas de nylon con pegamentos usados, profilácticos, prendas íntimas y cajas de vino, entre otros elementos.
¿Dónde está la Policía?
“Lo peor de todo es que los drogadictos no son vecinos nuestros, pero vienen a drogarse acá y ya les dijimos que consuman en sus casas si es que quieren perjudicarse la vida, pero no nos hacen caso y continúan inhalando durante la mañana, tarde y noche, en medio de todos los chicos del barrio”, aseguró Raúl, un comerciante de la zona.
“Nos cansamos de llamar al Sistema de Emergencias 911, pero tampoco vienen y si vamos a la subcomisaría de Castañares (que se encuentra a dos cuadras del lugar), a los 10 minutos pasan en el móvil 779 a 50 metros, dan una vuelta y se vuelven a ir. Es una vergenza”, aseguró María del Carmen, otra vecina damnificada.
Durante la entrevista, los jóvenes continuaron aspirando como si nada ocurriera y los denunciantes volvieron a llamar a la Policía, pero los efectivos jamás se hicieron presentes.
El pedido
Tras constatar la acusación de los habitantes de ese sector del barrio Castañares, estos solicitaron mayor presencia policial en la zona y exigieron que la Municipalidad se encargue de desmalezar y del alumbrado de la glorieta y sus alrededores, para alejar a los adictos.
“No queremos lamentar un hecho para que recién la Policía y el Gobierno se dignen a hacer algo. No nos olvidemos que hace poco tiempo un hombre fue acusado de violar a un niño (en el barrio Juan Pablo II) a pocas cuadras de acá ”.
“No queremos hacer justicia con mano propia, pero si no nos dan una solución urgente y algo sucede, lo vamos a hacer, porque en cualquier momento va a ocurrir algo realmente grave. La droga los está matando de a poco”, cerraron.
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