inicia sesión o regístrate.
El juez que investiga el ocultamiento de restos humanos desenterrados durante la construcción de una línea eléctrica de Transnoa, Pablo Farah, pedirá al Museo de Antropología que examine las evidencias óseas recuperadas, hace diez días, cerca de finca La Cruz.
El requerimiento que hará el juez fue anticipado ayer, luego de que el Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) recomendara estudios más específicos sobre los huesos que pertenecerían al esqueleto que fue ocultado el 12 de octubre de 2011 para no parar las obras eléctricas.
El Tribuno dio cuenta del caso en un informe que publicó el pasado 25 de julio, a partir de dos fotografías que trabajadores de Transnoa dieron a conocer en medio de una huelga contra la empresa.
En las reveladoras imágenes, tomadas el 12 de octubre de 2011, quedaron registradas partes del esqueleto que una topadora descubrió, fortuitamente, mientras nivelaba terrenos para la base de la columna 72 de la línea de alta tensión Cobos-Salta Este.
Según denunciaron los operarios, jefes de la obra se llevaron los restos en una camioneta de la empresa.
Apenas expuestos los hechos, desde esta redacción se consultó vía mail a un reconocido forense de La Plata, Miguel Maldonado, quien tras observar las fotos concluyó que esos restos se corresponden con una persona joven de no más de 20 años. Con estas primeras apreciaciones, un equipo periodístico relevó el sitio señalado y encontró a pocos metros de la columna 72 del tendido eléctrico Cobos-Salta Este una costilla.
Tras la publicación del informe periodístico, el juez Farah envió peritos de la Policía Científica y el rastrillaje del lugar concluyó con el levantamiento de dos costillas, un fémur y dos falanges. Estas evidencias fueron entregadas al CIF, que no aportó ninguna estimación sobre la data de los restos (momento del deceso), ni correspondencias de edad y sexo con el esqueleto que fue ocultado.