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Hugo Moyano fue durante la última década el sindicalista más poderoso de la Argentina. Lo fue cuando estaba alineado sistemáticamente con el Gobierno, marcando la pauta de todas paritarias para el resto de los gremios, y lo es desde la oposición, donde con un paro de Camioneros llegó a desabastecer el país de combustible hace pocos meses. Moyano, quien levantó su perfil mediático tras alejarse del Gobierno, responde todo con un tono pausado, salvo cuando asegura que “hablan estupideces” quienes dicen que no quiere que el Belgrano Cargas crezca porque compite con los camiones. “No sé si el 70 por ciento de los gremios está del otro lado, lo que sí sé es que el 90 por ciento de los trabajadores está con nosotros”, afirma el gremialista con relación a la interna con los antimoyanistas. En una entrevista con El Tribuno, Moyano sostuvo que no le robó afiliados a otros gremios y dijo que todavía no han conversado sobre la posibilidad de un paro nacional de la CGT. Consultado sobre si hay utilización política de los presos por las salidas de las cárceles, concluyó: “No me caben dudas”.
Ya habiendo empezado su nuevo mandato en la CGT, ¿imagina que será más o menos duro que el anterior?
Por supuesto creo que va a ser más duro, porque desde el punto de vista de la economía no hay dudas de que hay una merma en la actividad. Nosotros lo estamos notando muy claramente en el transporte, que es un poco el termómetro de la economía de un país. Todo indica que pueden llegar a producirse algunos hechos que generen una pérdida de puestos de trabajo, y esto hace pensar que la situación será más dura. Además, si a eso le sumamos que el Gobierno no da respuesta a lo que venimos reclamando hace tiempo, evidentemente se complica la cosa. Creo que este mandato va a ser algo más duro que el anterior.
¿Qué plazos le da al Gobierno para que escuche sus reclamos? Ya hace tiempo que está pidiendo la suba del mínimo no imponible y de las asignaciones familiares y no pasa nada...
El mínimo no imponible se descuenta a fin de año, quiere decir que si se llega a un acuerdo y el Gobierno cede al reconocer la perversidad de este impuesto al trabajo, puede haber una solución. La asignación familiar sí debería elevarse en forma inmediata para que el trabajador tenga la posibilidad de que a través de sus hijos tenga el subsidio. De cualquier manera, nosotros estamos proyectando lo que nos permite la Constitución Nacional, que es la iniciativa popular para obligar a la Cámara de Diputados a tratar un proyecto de ley que permita que las asignaciones familiares sean cobradas por todos los hijos de los trabajadores y no se discrimine a los que tienen un sueldo un poquito más alto que otros.
¿Cree que el oficialismo le dará impulso al resultado del plebiscito en el Congreso?
El Congreso tiene que tratarlo, no puede evitar tratarlo porque es una iniciativa contemplada en la Constitución. Ahí veremos quiénes son los legisladores que entienden esta discriminación que se está haciendo con el pago de las asignaciones familiares y quiénes no la entienden. Creo que nadie que se llame peronista se puede negar a votar a favor de que se termine con esta discriminación perversa.
¿Evalúa la posibilidad de un nuevo paro nacional de la CGT?
Eso todavía no lo hemos conversado. Nosotros hemos reasumido recién hace algunos días. Esto se va a ir viendo en base a cómo sigan las cosas y qué respuesta tengamos desde el Gobierno. La decisión de un paro nacional deberá tomarse dentro del conjunto del consejo directivo.
Usted dijo que no le gustaría ser diputado, ¿no cree que siendo candidato podría tener más fuerza con sus reclamos?
(Silencio) Yo fui diputado provincial entre el 87 y el 91 por el peronismo bonaerense. Sinceramente no me llama, no me atrae ese cargo político; pero no se sabe, todavía falta.
Tampoco lo descarta, ¿o sí?
No me entusiasma ese tipo de cosas, pero en el momento de las decisiones se verá. Sinceramente no me entusiasma ser legislador.
Caló faltó a una reunión con Cristina y dijo que nunca le creyó al Indec, ¿se está distanciando?
No tengo la menor idea de qué le pasa a Caló. Me parece bueno que ahora reconozca que nunca le creyó al Indec, pero dijo algo más: que tampoco estaba de acuerdo con la 1050. Hay que recordar que con la 1050 hubo una especulación en la que muchos estudios de abogados se encargaban de quedarse con las casas de mucha gente que había entrado en esa ley, que evidentemente cuando uno más pagaba más debía. Es bueno que empiece a reconocer este tipo de problemas, pero no solo reconociendo se defiende al trabajador: hay que reclamar.
El Gobierno dice que el 70% de los gremios están con Antonio Caló. ¿Cuál será el poder real de su sector a partir de ahora?
No sé si el 70% de los gremios está del otro lado, lo que sí sé es que el 90% de los trabajadores está con nosotros, de esto no cabe ninguna duda. Yo creo que el poder de convocatoria que tiene este conjunto de organizaciones gremiales muestra que los trabajadores responden a sus dirigentes, no sé si eso pasa en otros casos. Más allá de lo que dice el Gobierno, si esto hubiese sido así (que el antimoyanismo controla el 70% de los gremios), ¿por qué no se presentaron al congreso y hubieran sido electos con la mayoría? No fueron al congreso porque perdían con sus propios delegados. ¿Alguien cree que los trabajadores de Comercio, así como están, pueden votar al candidato que su secretario general indique o al que ellos vean que mejor puede representar los intereses de los trabajadores? Había muchísimas organizaciones que ya habían anticipado su voto a esta conducción con los secretarios generales que estaban del otro lado. Por primera vez en la historia del movimiento obrero se realizó una elección con el voto secreto y directo. Esto es lo que ellos temían, porque sus delegados iban a votar al secretario general que les garantizaba que no iba a entregar los derechos de los trabajadores.
A usted lo acusaron de haberle robado afiliados a otros gremios, ¿considera que si eso no hubiese pasado hubiera tenido más apoyo a su candidatura?
Nosotros no le robamos afiliados a nadie. Nosotros queremos la representatividad de la actividad del transporte. Al margen de eso, ¿por qué no le preguntan a los afiliados si quieren volver al gremio? ¿Por qué de una vez por todas no se le hace caso a la voluntad del trabajador? Que les pregunten, a ver si los trabajadores quieren irse de Camioneros y pasarse a Comercio. Puedo asegurar que el cien por ciento de los trabajadores ni loco quiere volver a la organización gremial donde tiene salarios que realmente no se condicen con la realidad.
Teniendo en cuenta la política de derechos humanos del Gobierno, ¿piensa que hay una contradicción en la Presidenta al mostrarse tan cerca de Gerardo Martínez, quien tuvo vínculos con la dictadura?
Eso habría que preguntárselo a la Presidenta. Nosotros sabemos que este sector que ahora se arrimó al Gobierno, que antes estuvo en contra, fueron los que en la década del noventa fueron cómplices de los derechos que perdieron los trabajadores. Cuando un Gobierno se autotitula “nacional y popular”, cuando un gobierno dice que está por los más débiles y se sienta con personas que hicieron todo lo contrario, por lo menos trae algo de confusión.
A su hijo Facundo se lo ve mucho más cerca del Gobierno que a usted y a su otro hijo Pablo, ¿cómo maneja esa situación?
Los dos cumplen roles diferentes. Pablo es un chico que se ha criado permanentemente en la lucha. Yo recordaba que lo llevaba a movilizaciones en Mar del Plata y cuando era chico participaba de las movilizaciones, cuando nos corrían con gases. El vivió también cuando me fueron a buscar a mi casa durante la dictadura. Todos esos momentos los vivió Pablo y eso le hizo endurecer su posición. Facundo no pasó por eso por razones de edad, pero además él tiene un rol sumamente importante a pesar de su juventud. Creo que ha sido uno de los diputados más jóvenes de la historia y tiene una responsabilidad muy grande. Justamente, tiene que actuar de acuerdo a esa responsabilidad. No es que sea más oficialista o menos oficialista, Facundo tiene que funcionar de esa forma porque es la responsabilidad que él tiene.
¿Cómo evalúa la polémica en torno a la salida de los presos?
Creo que no le hace nada bien al Gobierno ni a la sociedad, teniendo en cuenta la situación de inseguridad que se está viviendo. Uno tampoco cree que las cárceles deben ser como las que había antes, pero yo creo que cuando se le da a un preso la posibilidad de salir apenas fue condenado por la muerte de una persona, no le hace nada bien al sistema democrático. Hay mucha indignación con ese tema. Reitero: a los presos hay que darles todas las posibilidades de recuperación, pero hay que ver los tiempos de eso. ¿Cómo se le va a permitir salir a un recién condenado sin saber cuál va a ser su comportamiento en la cárcel?
¿Cree que se está usando políticamente a los presos?
A mí no me caben dudas.
Usted, camionero, es accionista del Belgrano Cargas y los camiones compiten con los trenes, ¿cómo se compatibiliza eso?
Nosotros no podemos competir con el ferrocarril, porque en los grandes volúmenes el ferrocarril le lleva ventaja al camión. No se puede competir ni en costos ni en tiempo, que es lo que más se valora en transporte. Lo que también es cierto es que en las pequeñas cargas el ferrocarril no puede competir con los camiones, porque la mercadería que lleva el camión la lleva de puerta a puerta, en cambio con el ferrocarril hay que llevar la mercadería a la estación y recogerla de la estación donde fue depositada. No se puede competir. Nosotros tenemos junto a La Fraternidad y la Unión Ferroviaria el 6,33 por ciento. El 80 por ciento lo tienen Aldo Roggio y Franco Macri. Ellos son los que han manejado durante estos últimos ocho o nueve años. Cuando algún tonto dice que nosotros no queremos que el ferrocarril crezca para que no compita con el camión está hablando estupideces. Primero que no tenemos la posibilidad de hacerlo en el directorio del Belgrano y segundo porque no es así. El ferrocarril, por más carga que lleve, siempre necesita del camión. Es mentira que nosotros estamos en contra del ferrocarril. Lo que pasa es que cuando uno habla tonterías y se empiezan a repetir, al final algunos creen que esas tonterías son ciertas.
Los datos
“¿Cómo se le va a permitir salir a un recién condenado sin saber cuál va a ser su comportamiento en la cárcel? No tengo dudas de que hay utilización política de los presos”.
“No sé si el 70 por ciento de los gremios está del otro lado (con el antimoyanismo), lo que sí sé es que el 90 por ciento de los trabajadores está con nosotros”.
“La decisión de un paro nacional deberá tomarse dentro del conjunto del consejo directivo. Todavía no conversamos esa posibilidad”.
“Es bueno que Caló empiece a reconocer problemas como la inflación, pero no solo reconociendo se defiende al trabajador: hay que reclamar”.
“Creo que nadie que se llame peronista se puede negar a votar a favor de que se termine con esta discriminación perversa a los trabajadores”.