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Los cacerolazos del jueves 13 fueron expresión del descontento de diversos sectores de la sociedad. Independiente de los intereses en juego y del contenido político del reclamo, el hecho significó sin duda un llamado de atención para el Gobierno nacional y los mandatarios provinciales. Algunos tomarán nota del mismo y otros simplemente lo deslegitimarán. Lo cierto es que las protestas que, en algunas ciudades fueron masivas, marcó a fuego la agenda política del país.
Es en este marco que el histórico referente del peronismo, Julio Bárbaro analizó y conversó con El Tribuno sobre los pormenores del momento político y aclaró: “Desde que sacaron el 54% (kirchnerismo), pareciera que el 46% restante es tan poco que no lo respetan” puntualizó el analista político.
El exfuncionario de Carlos Menem y Néstor Kirchner que tuvo su paso por el Comité Federal de Radiodifusión (Comfer) se despachó con duros y claros conceptos sobre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su actual gestión de gobierno. “El jueves se ha terminado el sueño de la reelección eterna al encontrar sus propios limites” advirtió Bárbaro.
¿El cacerolazo del jueves marcó un antes y después en la gestión del kirchnerismo?
Hubo una cantidad de gente convocada que fue sorprendente para la alegría de los convocantes y para el temor del oficialismo. Me parece que inaugura una nueva etapa porque aunque la oposición no tenga quien la conduzca, la sociedad se expresó en contra de algunos excesos del Gobierno que ya son sucesivos.
¿A qué tipo de excesos se refiere?
Después del 54% en octubre de 2011, la Presidenta se volvió más dura, más irascible. El uso de la cadena nacional es un abuso que lastima a la gente.
Por otra parte La Cámpora y algunos sectarismos oficialistas marcaron un límite que gran parte de la sociedad no quiere pasar. Es que la piedra del zapato del Gobierno es la soberbia y la corrupción.
¿Puede ser elevado el costo político de estos errores y excesos del Gobierno?
Me parece que se inició un nuevo proceso del Gobierno en el cual la oposición no está dispuesto a soportar y la gente mucho menos.
¿De aquí en adelante el Gobierno corregirá y modificará su rumbo?
Esa es una pregunta que solo pueden responder los propios funcionarios del Gobierno. Uno sueña que
el Gobierno haga un esfuerzo para corregir. Pero por otro lado, uno teme que esto no suceda jamás.
El oficialismo deslegitimó los reclamos y afirmaron que no la protesta no tuvo contenido político...
No es cierto. El reclamo tuvo un solo contenido: democracia. Respeto al que piense distinto. Es un simple pero contundente reclamo.
¿Usted interpreta que el problema de la democracia se fue acrecentando en los últimos meses?
Es lo que está pasando desde que sacaron el 54%. Pareciera que el 46% restante es tan poco que no lo respetan.
En este sentido es que la gente salió a la calle y dijo: “Podemos ser menos pero existimos”.
Es decir que no solo fue una protesta por el cepo al dólar o la “inseguridad” como afirmaban las invitaciones por las redes sociales...
Aquí todo pesa. Pero hay que decir que no fue solo una reacción a la economía sino también una reacción a la política.
Escuché a varios analistas políticos decir que habiendo plata el 54% de los votos sigue en pie, y el tema da para mucho más que lo económico.
Mientras haya todas las limitaciones cuando usted suma, son gotas que van llenando el vaso. Pero no son económicos, ayer (por jueves) había bronca contra una forma de conducir la sociedad
En este pedido de democracia se enmarca la posible reforma de la Constitución que le permitiría la reelección a la Presidenta...
Creo que ayer (por jueves) se ha terminado el sueño de reelección eterna al encontrar sus propios limites.
Ahora, el punto es quien lo limita en términos electorales teniendo en cuenta la falta de referentes en la oposición...
Si. Pero el error del Gobierno fue pensar que no habiendo referentes de la oposición no había oposición. La sociedad ya respondió firmemente. “No necesitamos quien nos conduzca. Somos nosotros quienes estamos dispuestos a poner limites” dijo la sociedad que se manifestó.
¿Se puede comparar esta situación con la del 2001?
No. En el sentido de magnitud es muy distinto. Tampoco en la forma del Gobierno. Si en la crisis de la oposición. Además, la situación es sumamente distinta. En el 2001 faltaba Gobierno y ahora, con los sucesivos excesos parece que sobra.
“La Cámpora y algunos sectarismos oficialistas marcaron un límite que gran parte de la sociedad no quiere pasar”.
En ese sentido con las dificultades que tiene oposición para encontrar referente, ¿es posible que salga del seno del kirchnerismo? Daniel Scioli o Sergio Massa suenan por ejemplo...
No creo. Entiendo que si esto sigue así el kirchnerismo es un ciclo histórico acabado.
Además, el hecho de que no haya una conducción clara y concreta en la oposición deja al descubierto también la debilidad del Gobierno nacional que no está cayendo ante un adversario sino que está cayendo por su propio peso, solo.
En este contexto complejo, ¿se puede hablar de postkirchnerismo representado en alguno de esos referentes?
Esta bien. Si alguno del kirchnerismo sobrevive es por las diferencias con la Casa Rosada y no por sus igualdades.
Pero más allá de quién llegué con perspectivas al 2015 y quién no, lo que sucedió con el cacerolazo cambia el eje de la política nacional.
Como sigue todo esto, no me atrevería a hacerlo.
En este marco la oposición tendrá que afinar el lápiz y tomar nota. de los reclamos que se realizaron el jueves...
Claro. Pero como la oposición no tiene jefe lastima a todos y no lastima a ninguno en particular.
El más lastimado con este hecho es el Gobierno.
¿Cuál es su opinión sobre el proyecto del voto joven y extranjero?
Creo que son dos elementos que distan no van para un debate en serio sino tiene un intento de uso electoral.
Lo que con el cacerolazo salió a la vista es que paremos el proceso de usar cualquier herramienta para eternizarnos en el poder.
El perfil
Julio Bárbaro recorrió un largo camino dentro de las filas del peronismo. Inició su militancia política en 1960 mientras era taxista y estudiaba Ciencias Políticas en la UBA. En 1972 llegó a ser el Secretario general del Peronismo de Capital, luego fue diputado nacional en 1973 y 1983; entre los años 1989 y 1991, primera presidencia de Menem, estuvo al frente de la Secretaría de Cultura de la Nación; y durante la gestión de Nestor Kirchner ocupó la titularidad del Comité Federal de Radiodifusión. Bárbaro es reconocido por haber sido un ferreo crítico a Montoneros y otras organizaciones guerrilleras durante el gobierno de Perón.
“El error del Gobierno fue pensar que no habiendo referentes de la oposición no había oposición”.
“Lo que sucedió con el cacerolazo nacional el jueves cambia el eje de la política nacional”