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Luego de que se conociera la iniciativa del oficialismo para reducir la edad de los votantes de 18 a 16 años, especialistas consultados por El Tribuno coincidieron en que hay “especulación política” y “falta de interés” por parte de los jóvenes alrededor de la reciente iniciativa.
Hasta el momento el debate viene dejando fisuras, teniendo en cuenta los reducidos tiempos, el tratamiento exprés y la poca participación juvenil, pese a las promesas de futuras audiencias públicas en todo el país.
“El debate debería enmarcarse dentro de un debate general vinculado a la mayoría de edad en donde sea un debate realmente serio. Que opinen especialistas de psicología, educación, hasta uno donde puede considerar que un chico de esa edad está en condiciones de hacer negocios, de salir del país y de votar”, reclamó el doctor en Psicología, Gustavo González, de la consultora Opinión Autenticada.
En este contexto es preciso tener en cuenta que hoy por hoy la imagen de la Presidenta y el Gobierno se han debilitado fuertemente según consultoras privadas, lo que lleva a la necesidad de “volver a la escena y presentarse como impulsor de cambios”, afirmó el sociólogo e investigador Marcos Novaro.
Por otra parte, el analista político Jorge Giacobbe señaló que según estudios propios en los últimos veinte años las encuestas han demostrado que si el voto sería optativo el 50% no concurriría a votar. “Son aquellos que creen que la dirigencia no se ocupa de sus casos”, puntualizó el especialista sobre estos segmentos.
Con estos condimentos, se espera un debate amplio y serio para la iniciativa propuesta.
Un oficialista con contradicciones
Lo que se dice una y una. El diputado nacional oficialista Jorge Yoma es pionero de la idea de bajar la edad del voto, pero se convirtió en el principal fogonero del rechazo a la concesión del mismo derecho a los extranjeros con residencia permanente.
“El voto hace a las condiciones para el ejercicio de la ciudadanía. Y al extranjero que no hizo los trámites para ser ciudadano no podemos equipararlo al que asumió el compromiso con el país dándole un derecho tan importante como es el derecho al voto”, dijo el riojano, exembajador de la gestión kirchnerista en México.
Los derechos y las obligaciones de los jóvenes
El debate no solo ha pasado por el proyecto de ley, sino también por los derechos y obligaciones de los jóvenes.
“El voto tiene que ver con la responsabilidad que un chico podría desarrollar. Si lo quisieran hacer pensando en la mayoría de edad, hubiera sido más serio, más creíble y tendría más consenso”, dijo González. Por su lado, Novaro reclamó otras formas de participación e inserción en la política para los jóvenes. Para esto, sostuvo que hace falta “estudiar las experiencias de otros países”. Finalmente, Giacobbe sostuvo que “en primer lugar habría que saber que opinan los supuestos beneficiados”. Es por esto que antes de posicionarse, Giacobbe reclamó que “mucho antes de decidir si uno está a favor en contra, hay que saber si los jóvenes están a favor o en contra”.
El voto de inmigrantes, en segundo plano
El voto inmigrante quedó en segundo plano. Aunque el grueso del debate se volcó hasta ahora sobre la posibilidad de incorporar a los jóvenes de entre 16 y 18 años al padrón electoral, el proyecto del oficialismo para modificar el Código Electoral también incluye un artículo para que los extranjeros puedan votar cuando cumplan los dos años de residencia permanente en el país. La unificación de ambos temas en un solo texto es rechazada por la oposición, que tanto en Diputados como en el Senado reclama debates separados para tratar las modificaciones que busca el kirchnerismo.
El proyecto presentado por Aníbal Fernández y Elena Corregido ampliaría el padrón electoral, hoy de poco más de 25 millones de ciudadanos, con unos 2,7 millones de nuevos votantes. De ellos, 1,3 millones serían extranjeros y 1,4, jóvenes de 16 y 17 años.
“Desde la UCR no estamos de acuerdo con unificar el tratamiento de los proyectos de voto para extranjeros con el voto a los 16 años para cargos nacionales. Son temas completamente distintos. La intención del oficialismo de unificar ambos temas desnuda una mera pretensión electoral”, se quejó el jujeño Gerardo Morales.
Por su parte, el jefe del bloque de diputados socialistas, Juan Carlos Zabalza, consideró “un acto irresponsable el plazo de residencia que prevé el proyecto para habilitar a los extranjeros a votar. Tiene que haber una demostración cabal de un afincamiento en el país, que determine que vos le puedas dar a alguien los mismos derechos que tiene un nativo”, analizó.
Otras experiencias
La inmensa mayoría de los países no concede la posibilidad de votar a los extranjeros residentes en su territorio. Si no se han nacionalizado, no hay derecho a sufragio.
Algunas naciones son más indulgentes y sí permiten el voto extranjero en elecciones locales (ya sean municipales o estatales). Pero sólo tres van más allá y permiten al residente extranjero participar en los comicios nacionales.
Uno de ellos es Chile. Hace más de 120 años que su carta Magna, en el art.14, autoriza el voto extranjero a partir de los cinco años de residencia. Algo similar sucede en Uruguay. Desde 1952, el art. 78 de la Constitución estipula que tienen derecho al sufragio, “sin necesidad de obtener previamente ciudadanía legal”, los extranjeros que lleven al menos 15 años residiendo en la nación.
Curiosamente, ninguno de estos dos países permite votar en el extranjero a los nacionales que residen en el exterior.
Nueva Zelanda es el otro país que desde 1975 autoriza el derecho de sufragio a los extranjeros residentes en su país. Su sistema es parlamentario, así que los ciudadanos no eligen directamente a su primer ministro, sino a los miembros de su Asamblea General.
Este país, al contrario que Chile y Uruguay, sí permite a sus ciudadanos votar en el extranjero.