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La presente no tiene la finalidad de reclamar a Aguas del Norte por la provisión de este líquido preciado como es el agua, aunque modestia aparte hay errores que se pueden mejorar naturalmente. El contenido de esta nota va dirigido al público consumidor en general, al ver la desidia, el “qué me importa”, “para eso la pago” que abren espacio al uso irracional que a diario se ve con solo echar un vistazo, a cualquier hora, en cualquier barrio, a pesar de los comunicados por todos los medios. Ante esta situación, sugiero -salvo mejor criterio- que Aguas del Norte designe cuadrillas de inspectores con la debida identificación y autorización para verificar en lugares públicos -en especial los sanitarios-, el derroche que hay por los artefactos en malas condiciones. Otra alternativa sería la participación de la Policía, el personal que hace el servicio de calle, con el debido conocimiento de todas las normas para que su intervención tenga un efecto positivo ante anormalidades que observen.
Debemos recordar que el agua no se fabrica, se provee a través de las napas naturales que se originan con las lluvias. Todos debemos recordar que hoy tenemos agua y ¿mañana?
Humberto Choque, Ciudad