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Un Puma lo dejó malherido a River

Lunes, 07 de octubre de 2013 03:50
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Tuvo una semana complicada en la antesala del superclásico. El karma de las lesiones y hasta las paperas hicieron pensar más de lo debido a Carlos Bianchi, quien planteó un partido como en las viejas épocas coperas. Boca pegó primero y silenció a un Monumental colmado de 62 mil almas riverplatenses. Justo cuando no la pasaba bien, cuando River tenía la pelota, cuando lo presionaba, cuando lo preocupaba, llegó el golazo de Emmanuel “Puma” Gigliotti, luego de una gran jugada colectiva y el mapa del partido fue otro.

A los 5 minutos, un cabezazo de Mercado, después de un córner cedido por Rojas, pasó muy cerca de un ángulo y dos minutos más tarde el propio Mercado remató desde afuera, Orión dio un rebote muy largo y el propio arquero tuvo que jugarse para tapar el segundo remate a cargo de Lanzini. Pero en la segunda llegada de Boca sobrevino el gol, acción en que Riquelme abrió hacia la derecha para Martínez, que llegó hasta el fondo, sacó centro bajo y Gigliotti conectó anticipándose en el primer palo para vencer a Barovero.

En el último cuarto de hora volvió a mandar River, con buen trabajo de Gutiérrez, pero al equipo local le faltó precisión en la última puntada.

El xeneize se apoyó en la solidez de sus zagueros centrales Daniel “Cata” Díaz y Claudio Chiqui Pérez, se hizo más firme con el crecimiento de Jesús Méndez durante el segundo tiempo y tuvo buenas respuestas del arquero Agustín Orión.

Juan Román Riquelme y Fernando Gago no tuvieron esta vez el vuelo esperado y salvo algunas cosas del enganche en la primera parte, como haber dado claridad al nacimiento de la jugada del gol, poco hizo hasta dejar el campo a los 12 del segundo tiempo con un golpe en la rodilla derecha. Cuando salió el enganche, Boca se paró para contraatacar, se alineó con cuatro volantes y aunque tuvo libertades porque Mercado fue el único firme en la defensa local, nunca volvió a contraatacar con precisión. En medio del desorden e interrupciones en que cayó el partido, River contó a los 37 con un cabezazo de Mora que devolvió el palo y en tiempo agregado la ilusión de River se fue con un cabezazo de Teo, que Orión desvió al córner.

En Boca importó poco el nivel de juego que mostró en la parte final, en cambio, festejó largo la victoria que dejó a su clásico rival casi fuera del torneo.

Delfino pasó desapercibido

El árbitro Germán Delfino, que había recibido en la previa fuertes cuestionamientos del técnico de River, Ramón Díaz, tuvo una actuación correcta en el superclásico.

Delfino intentó dirigir siempre cerca de la jugada, y salvo algunas fallas menores, completó una actuación satisfactoria. El River-Boca disputado en el estadio Monumental tuvo pocas jugadas polémicas y en casi todas Delfino respondió bien.

Al minuto de juego el juvenil Andrada ingresó al área y cayó tras un forcejeo con Claudio Pérez: el público pidió penal, pero Delfino -correctamente- amonestó al delantero de River por simular. Sobre los 26 minutos del primer tiempo, la defensa de Boca intentó despejar tras un córner y el balón pegó en la mano de Juan Manuel Martínez, ante lo que el juez hizo señas de que siga el juego, porque la consideró casual.
 

 

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