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En mi vejez, con gran angustia e impotencia puedo comprobar cómo se deterioran día a día los salarios incluidas las jubilaciones y de más, por la incesante e injustificada suba de precios que incide en los productos de la canasta familiar y en todo lo demás. Al respecto pienso que no se requiere tener una gran inteligencia para aplicar normas de control de precios que puedan frenar este flagelo que esta atormentando al pueblo en general.
Las multinacionales en cierto modo son las principales responsables, porque al no tener el debido control, remarcan cuantas veces quieren todos sus productos de sus góndolas con absoluta libertad, elevando los precios de los mismos y de esa manera la inflación se torna insostenible.
A estos señores que ingresaron a nuestro país desde distintos lugares del mundo, me refiero a esas multinacionales, justamente por esa falta de control -valga la redundancia- se enriquecen ilícitamente, porque en su mayoría están exentos del pago de impuestos.
Por todo lo expuesto creo que Argentina debe ser única nación del mundo que al prodigarles tantos beneficios a los que llegan de afuera les privan en cierto modo a los argentinos, de tener la posibilidad que sus empresas puedan prosperar. Y por último quiero dirigirme a mis amigos consumidores para solicitarles que para estas fiestas de fin de año, tratemos en lo posible de no excedernos con nuestras compras, para no seguir haciéndoles el caldo gordo a estas empresas.
María Victoria Hanne
Ciudad