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Lo primero y lo que siempre escuchó en su casa Javier Malosetti fue música, de la más variada y con los más reconocidos intérpretes del mundo; tanto que la asocia a la cara de su mamá en su más remota infancia. Hijo del inolvidable Walter, guitarrista de jazz fallecido en julio último, Javier es un músico fuera de lo común que tocó con su papá, y también con el Flaco Spinetta, Lito Vitale, Rubén Rada, Dino Saluzzi, Larry Coryell, Jim Hall y Herb Ellis...
Apenas desembarcó en el norte argentino, mantuvo una charla telefónica con El Tribuno.
¿Cuál fue tu primer vínculo con la música?
Eso está en los recuerdos más remotos de mi infancia. Lo recuerdo muy lejano, como en un sueño, pero creo que la música es la cara de mi mamá y los discos que había en casa; los de mi viejo eran de solos instrumentales, de clásicos para guitarra, como Andrés Segovia; y mi vieja, aunque tenía la cosa más cancionera, también disfrutaba de Ella Fitzgerald, por ejemplo, y la mezcla con Joao Gilberto... Maravillosos. Además, mi hermana y yo somos los que llevamos el rock and roll a la casa; los novios de ella venían a casa con discos nuevos, y quedaban como parte del riguroso casting que tenían que pasar frente al hermano guardabosques. Además de todo eso, había instrumentos por todas partes. La música se vivía muy intensamente.
¿Qué te queda de todo lo que tenía como artista tu papá?
La sinceridad. Fue un músico que nunca hizo lo que todos hicimos en algún momento, en mayor o menor medida, que es trabajar de músico, a sueldo, acompañar a artistas. El se dedicó a la docencia y a la música que sentía.
¿Y el legado del Luis Alberto Spinetta luego de tocar ocho años con él?
Era mi héroe musical mucho antes de que yo me hiciera músico. Luego de tantos discos y tantas giras con él, siento agradecimiento, orgullo, honrado por haber participado e interactuado con él tanto tiempo en distintos formatos de sus bandas y su música. Creo que el legado que recibí de Luis es la forma de llevar adelante una banda, cómo disponer de los ejecutantes e instrumentos, cómo repartir el trabajo, o llevar la composición que uno concibe en casa en la guitarra a una formación de quinteto, de cuarteto, o cómo armar la música de a poco. Estas cosas eran admirables en él porque no sabía nada de música, era intuición pura.
Dijiste que ahora estás escuchando clásico. ¿Qué te llevó para ese lado?
Será el espíritu inefable de la avidez de conocimiento. Toda la vida escuché música negra, blues, jazz. soul... y siempre entendí que de la música clásica partían muchas cuestiones armónicas del jazz que tanto disfrutamos. Uno lo deja pasar hasta que de repente se entiende, la cabeza hace click... O será que me estoy haciendo viejo. “Experimentado”, será... (risas)
Vos tocaste con incontables artistas de reconocimiento mundial, entre otros con el salteño Dino Saluzzi. ¿Cómo fue esa experiencia?
Dino es uno de los grandes maestros que conocí. Es un artista muy grande que va a trascender su época. Es un artista novedoso y es genial al mezclar la música, lo popular con lo clásico y con las manifestaciones más contemporáneas. Para mí es un genio. Pero Salta tiene muchos genios de la música de distintos géneros, empezando por el Cuchi (Gustavo Leguizamón) y excelentes poetas. Es una tierra donde el arte está a la mano en todas partes. Hay una gran e interesante movida.
¿Cómo va el nuevo disco que aparecerá el año que viene?
Todavía no empezamos a grabar porque estamos todo el tiempo tocando en el interior y no podemos tomarnos dos semanas para meternos en un estudio. Es todo material nuevo, con una banda nueva. Terminamos de ensayar y seguimos juntos para seguir hablando de los temas, del disco. Desde abril estamos juntos, todos felices, como ese idilio de las primeras salidas de las parejas...
El programa para hoy
Salta está, desde el viernes, “invadida” por el jazz, de acá y de otros lugares, en locales cerrados y en espacios abiertos.
Es el primer festival que se hace en la ciudad que terminará hoy, pero quedará en el recuerdo de los muchos afortunados que disfrutaron de la música, que asistieron a los talleres y a las clínicas, las zapadas y las jam sessions.
Hoy desde las 15
Hoy, día de cierre de la novedosa propuesta, tiene el siguiente programa:
-De 15 a 17: taller de canto a cargo de la cantante de jazz porteña Delfina Oliver, en la Casa de la Cultura.
-A las 16: clínica de batería a cargo del baterista, percusionista y compositor José María Pepi Taveira.
-A las 19: conciertos gratuitos, de jerarquía internacional, al aire libre, gratuitos, en el paseo Balcarce, con la participación de Grupo Niebla, Chino Básico Jazz y el notable bajista Javier Malosetti.