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Bohemia y folclore para recordar a Pajarito

Domingo, 08 de diciembre de 2013 01:52
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A pesar de su abierta y declarada bohemia, Guillermo Juan Velarde Mors siempre contó con el afecto y el apoyo de sus hermanos, especialmente de las mujeres, logrando con­ formar una especie de clan muy uni­do y solidario. Es a partir de entonces que comienza a ser conocido como Pajarito Velarde a secas, apodo gana­
do por su figura espigada y también por su inquieta personalidad.

Nació en Cerrillos el 8 de diciem­bre de 1895. Fueron sus padres don Juan Emeterio Velarde y doña Matil­de Mors. Fue el segundo de siete hi­jos de este matrimonio que vivía en la sala de la Chacrilla de los Velarde,
casona que aún se conserva en el pueblo de Cerrillos. Si bien su familia era de clase alta, las normas de su ho­
gar fueron austeras y respetuosas del cumplimiento del deber.

Al concluir sus estudios de Bachi­ller, su familia envió a Pajarito a la ciudad de Buenos Aires para que
continuara sus estudios universita­rios, tal como ocurría con los hijos de las familias tradicionales de la
época. Ya en la gran ciudad, vivió en la casa de su tía materna, doña María Mors de Ibáñez. Primero se inscribió
en la carrera de Abogacía, estudios que tiempo después cambió por Odontología. Los años fueron pasado y cuando estaba haciendo los trá­mites para ingresar a la Facultad de Medicina de Córdoba, en 1922, fue  anoticiado del fallecimiento de su padre en Cerrillos. Al quedarse sin el apoyo económico que le prodigaba
don Juan, se vio obligado a regresar a Salta trajinando bajo el brazo un di­ploma de Campeón de Tango, en lugar de portar el título universitario prometido a su padre.

El mimado

Pero como no se podía vivir solo de la bohemia se emplea en trabajos dispares, como profesor de tango o
periodista de El Intransigente. Cuando Pajarito cumplió treinta años ingresó al Banco de la Provincia de Salta y se jubiló como Secretario General de la institución. Además, fue un destacado deportista en tenis y pelotari, logrando varios títulos en torneos locales. Fue además, dirigente de los clubes que propiciaban el tenis, el basquet y el atletismo.

Por los años ‘30 alquiló la casa co­nocida más tarde como “Pueyrredón 106” (esquina España) y que con el paso de los años se convirtió en cen­tro y cuna de la bohemia salteña. Su casa se hizo famosa, tanto en el país como en el extranjero, por lo que fue visitado por grandes celebridades del mundo artístico.

Esa antigua casa del siglo XVIII la frecuentaban figuras de la talla de Juan Carlos, Jaime y Arturo Dávalos,
Manuel J. Castilla, José Juan Botelli, José Ríos, Eduardo Falú, Ariel César Fermín Perdiguero, Julio Espinoza,
Raúl Aráoz Anzoátegui, Antonio y Oscar Nella Castro, Miguel Angel Pérez, Gustavo “Cuchi” Leguizamón y tantos otros. También, gracias a su desinteresado mecenazgo, desde allí se lanzaron a la fama y al triunfo Los  Fronterizos y Los Cantores del Alba,  grupo del que fue creador y padrino artístico.

Un sitio lleno de recuerdos

Pajarito Velarde, murió a los 69 años en su casa, el 2 de agosto de 1965. Y como era soltero y sin hijos, sus hermanos abrie­ron un juicio sucesorio que solamente duró nueve meses, al termino del cual, el inmueble de
Pueyrredón 106, fue adquirido con todas sus pertenencias por el exgobernador Roberto Romero para legarla como Casa Museo de Salta, desde el 22 de abril de 1966.

Los horarios

En la actualidad, se puede vi­sitar de lunes a viernes de 10.30 a 14 y de 15.30 a 18, con visitas guiadas. Entre otras reliquias, allí se conserva un sombrero de Carlos Gardel obsequiado por éste a “Pajarito” Velarde y al
“Poncho” Marrupe.

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