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Los cruces verbales entre Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas no cesan. Tras el fuerte rechazo argentino a un encuentro con el gobierno británico y representantes del gobierno kelper de Malvinas, los reproches de ambos bandos estuvieron ayer nuevamente a la orden del día.
Mientras el canciller Héctor Timerman cuestionó el pensamiento “colonial” del Reino Unido, el primer ministro británico se mostró “decepcionado” por el rechazo argentino, y aclararon que desde Argentina conocían el carácter de la reunión. Tal es así que Timerman reconoció que sabía hace 20 días que los kelpers irían al encuentro.
Las noticias y las réplicas se sucedieron velozmente desde hace dos días. Primero, el gobierno británico de Malvinas hizo saber, a través del periódico malvinense Penguin News, que dos miembros de la Asamblea Legislativa de las islas estaban viajando a Londres con la intención de participar en una reunión con Timerman y Hague (el viaje de Timerman para reunirse sobre todo con grupos afines a la postura argentina ya estaba previsto). Luego trascendió que era el propio gobierno británico el que quería esa reunión a tres partes. Y poco después el canciller argentino rechazó esa invitación con duras críticas a Hague.
Lo cierto es que ante tal cruce de información y eventuales desacuerdos, las diferencias entre ambas naciones fueron creciendo al punto que el Gobierno nacional terminó optando por rechazar un encuentro con el Gobierno británico. En cambio, en su gira por Londres, Timerman se entrevistará con funcionarios de diversos países europeos que apoyan el reclamo argentino por la soberanía del archipiélago.
Condicionamientos
Timerman volvió a lamentar ayer que Gran Bretaña no acepte una reunión por Malvinas sin la presencia de los kelpers. “Jamás me ha ocurrido que me pongan condiciones, no necesito que haya otras personas en la reunión”, afirmó Timerman. Y agregó: “No entiendo por qué el canciller británico tiene temor de reunirse conmigo”.
Por otra parte, un portavoz del primer ministro Cameron indicó que “no estamos dispuestos a hablar sin los malvinenses sobre cuestiones que les afectan directamente a su estatus como un territorio británico en ultramar”. En este marco es que cada vez falta menos para el referéndum que se realizará en las islas Malvinas para definir si sus habitantes quieren mantenerse como territorio de ultramar de Gran Bretaña. Sobre este plebiscito es que Timerman tampoco se ahorró definiciones y lo calificó de “ilegal”.