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La Chacra de Güemes asoma en un año bicentenario para Salta

Lunes, 04 de febrero de 2013 10:15
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Muchas casas se muestran en la ciudad como la del general Martín Miguel de Güemes. En una nació, en otra pasó algunos años de su niñez y adolescencia. Pero la única chacra que el héroe gaucho compró fue para su esposa Carmen Puch y sus hijos, y está ubicada dentro de lo que Salta heredó de él: la Escuela Agrícola.

Ubicada a siete kilómetros de la ciudad, la casona que forma parte del predio donde funciona la escuela, es conocida oficialmente como la Finca El Carmen de Güemes, en homenaje a la mujer que acompañó al intendente gobernador de Salta y general en jefe del Ejército de Vanguardia sobre el Alto Perú, y con quien tuvo tres hijos. En 1943 fue declarada Monumento Histórico Nacional.

La vivienda fue construida en el siglo XVIII y pertenecía a Pantaleón Aguirre. Fue adquirida por Güemes a los herederos de Aguirre, en 1817, cuando la guerra por la independencia atravesaba un momento de tensión ya que él tenía en sus manos la responsabilidad de proteger la frontera norte del asedio realista. El plan del general José de San Martín de llegar al Perú para liberarlo del dominio español requería como paso previo que las tropas del rey no pudieran avanzar sobre suelo patrio a través de y Jujuy y Salta. Y ese encargo se lo había dejado al líder de los gauchos de Salta.

Para aquellos tiempos, la chacra quedaba a unos 20 minutos de cabalgata, en un sector más bien alejado de la ciudad y de sus accesos (por lo que hoy es La Pedrera o por Castañares), con la distancia suficiente como para proteger al militar que enfrentaba a los españoles, y a su familia.

Restauración y uso

En las últimas semanas hubo reuniones entre autoridades de la Municipalidad capitalina y del Distrito Noroeste de la Dirección Nacional de Arquitectura, porque la intendencia está interesada en llevar adelante la recuperación del inmueble.

“Hay dos puntos importantes a resolver, por un lado el proyecto de restauración y por otro definir el uso de la casona porque la donación de la familia Güemes es con cargo para destinarla a actividades educativas”, señaló Carlos Demergassi, a cargo del Distrito Noroeste de la Dirección Nacional de Arquitectura.

En el municipio dicen que lo saben y que por eso la idea es hacer convivir allí un museo sobre la gesta del general Güemes y la actividad agrícola, explicó María Beatriz Blanco, subsecretaria de Desarrollo Metropolitano de la Secretaría de Financiamiento y Desarrollo Local del municipio.

“Estamos recopilando toda la información referida a la finca El Carmen para definir el proyecto de recuperación de la casona y plantear el uso que se le dará respetando el objeto fijado en la donación al Estado nacional que hizo la familia Güemes”, insistió la funcionaria municipal.

El proyecto ya tiene fecha tentativa. Hasta marzo se deberá conformar el equipo que definirá el proyecto y que trabajará en forma coordinada con otros organismos como la delegación en Salta de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos y la Comisión de Preservación Arquitectónica y Urbanística de la Provincia (Copaups).

A favor del municipio juega que en la última década la Nación impulsó la participación de las provincias y los municipios en la recuperación y mantenimiento de los edificios históricos. En el caso de Salta, la Municipalidad ya tiene tres bajo su órbita: la Casa de Moldes (Caseros 711, hoy Secretaría de Turismo), la Casa de Hernández donde funciona el Museo de la Ciudad (Alvarado y La Florida) y la Casona de Castañares (en la zona norte) donde también hay un museo y se realizan exposiciones.

De todos modos, tanto el proyecto de obra como el uso que tendrá la chacra de Güemes deberá ser aprobado por los organismos nacionales y provinciales.

El estado de la casona

La Finca El Carmen está compuesta por la vivienda original, una típica casa de campo colonial, de una sola planta. Hacia el frente hay tres amplias salas, mientras que en la parte posterior están los dormitorios y baño en fila, acompañados por una amplia galería que da al patio.

A un costado de la parte más antigua se levanta una construcción que data de 1901, de dos pisos, de estilo italianizante (por ejemplo, una amplia ventana frontal está hecha con estructura de metal).

De anchas paredes de adobe, con los techos de teja colonial y galerías en el frente y atrás, la casona más antigua muestra claras evidencias de la necesidad de ser restaurada.

En los techos algunas vigas de madera cedieron una parte de su rigidez -sobre todo se advierte en las galerías- y la cobertura de tejas reclama varios retoques. En las paredes, el revoque muestra huecos donde los adobes están expuestos al efecto destructivo que tiene el agua en el barro sin cocer.

La madera de puertas y ventanas demandan un tratamiento especial e incluso hay aberturas que deberán ser reemplazadas.

El piso, los baños, el cerramiento de la casona -que está en pie solo en algunos metros- y su patio también deben figurar en el proyecto de restauración.

Demergassi recordó que la última intervención que hizo en este edificio Arquitectura de la Nación, data de 1998, pero la falta de uso es el peor enemigo del patrimonio arquitectónico y aquí lo mostró otra vez.

Lugar táctico para
proteger a su familia

“El general Martín Miguel de Güemes compró esta vivienda con una visión táctica de protección. En primer lugar, él sabía que las fuerzas realistas podían ingresar a la ciudad de Salta y lo podían hacer de sorpresa, entonces su familia estaba en peligro. Segundo, no podía tener a los gauchos que formaban sus tropas en un lugar visible”, explicó Martín Miguel Güemes, chozno del héroe salteño e historiador.

Al estar ubicado sobre la zona suroeste de lo que era la ciudad de Salta en 1817, la finca El Carmen quedaba aislada del camino real (por la actual finca La Pedrera) que era el principal acceso a la ciudad, y del ingreso por Castañares, que había utilizado el general Manuel Belgrano, para desplegar su ejército en la histórica batalla del 20 de febrero de 1813 (y que en 16 días se cumplirá el bicentenario).

Sencilla, como su dueño

“Las chacras eran una finca más chica y la casa es más bien sencilla, un rancho apenas más importante que los otros, lo que demuestra que Gemes sentía la necesidad de no tener una cosa más importante que la de sus gauchos”, explicó el historiador.

Ubicada a siete kilómetros de la ciudad y 20 minutos de cabalgata, que albergó al general y su familia entre 1817 y 1822.

En los campos de la chacra, el coronel Jorge Enrique Vidt (que había peleado junto a Napoleón, en Europa) entrenaba a los gauchos de Güemes.

En 1821, cuando los enfrentamientos entre con las fuerzas realistas se endurecían, el general Güemes hizo que su esposa Carmen viajara junto a sus hijos a Rosario de la Frontera, para protegerse en la casa del padre de la joven, Domingo Puch.

El viaje de Carmen y sus tres hijos no fue sencillo. Martín del Milagro era el mayor y tenía cinco años; le seguía Luis de tres, e Ignacio, el bebé de pocos meses que no soportó la travesía -agravada por la persecución de los españoles- y murió en el trayecto.

Güemes fue herido por las fuerzas españolas y murió en La Horqueta habiéndose asegurado de que su esposa y sus hijos no estarían en la chacra El Carmen expuestos a algún peligro ni la venganza de sus enemigos.

Su fallecimiento entristeció grandemente a Carmen, quien regresó a la finca solo por algunos meses. Su profunda angustia se tradujo en enfermedad.

“La Carmen está enferma en la chacra. Problema de pulmones”, se puede leer en una carta familiar que aún conservan los descendientes del general. Ella fue llevada nuevamente junto a su padre, en Rosario de la Frontera, donde finalmente murió.

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