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El congelamiento, ¿termina en abril?

Martes, 12 de marzo de 2013 22:16
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Desde principios de febrero pasado existe un congelamiento de precios que abarca a las cadenas de supermercados, cadenas de electrodomésticos, artículos para el hogar y supermercados chinos. La idea del congelamiento de precios es que los mismos se retrotraigan al 1 de febrero de 2013 y se mantengan en esos valores hasta el 1 de abril de 2013. Es decir, que por un lapso de 60 días los precios de los productos vendidos en esos comercios no deberían subir porque están congelados.

Ahora bien, desde un punto de vista económico, la idea de un congelamiento es el de mantener el status quo en los precios en un momento en que los mismos suben consecuencia de la inflación. Se congelan hasta que se toman medidas de fondo contra la inflación. La buena noticia en esta medida es que el Gobierno nacional reconoce al aumento de precios en la economía como un problema.

Realizar el control de precios, con los grandes avances que hubo en la tecnología de la información, es fácil hoy en día. Se facilitan los entrecruzamientos de bases de datos de precios en la economía.

Durante 60 días, período que dura el congelamiento en el caso argentino, tienen margen de maniobra para tomar medidas de fondo para atenuar la inflación. En la economía real por un lado se deberían propiciar las condiciones para que los empresarios inviertan y se aumente la oferta de bienes. Por el otro se debería moderar el gasto público exceptuando aquel necesario desde un punto de vista social principalmente.

Recuperar la confianza de los inversores tarda mucho tiempo, mientras que moderar el gasto es difícil de adoptar en un año eleccionario como este. Sin esas medidas de fondo, la salida de estos congelamientos cuando vence el plazo se torna problemática. Se produce de manera desordenada y puede haber una brusca subida para reacomodarse al nuevo contexto, lo que termina teniendo el efecto inverso, porque mantiene bajo presión precios que, cuando se liberan nuevamente, pegan un salto para reacomodarse. Situación que potencia la inflación nuevamente, además de hacerla más evidente.

Por otro lado, un efecto secundario de esta medida es el desabastecimiento en la plaza de varios productos que tienen control de precios. La lógica de esta acción es que los empresarios no les resulta beneficioso producir bienes y venderlos a un precio que no les es rentable. Por este motivo dejan de producir bienes con precios controlados y se orientan a bienes que no están alcanzados por estos congelamientos. Termina entonces no habiendo productos a precios oficiales en las góndolas y sí otros productos pero con precios superiores a los congelados.

Adicionalmente, ya hay voces solicitando que se extienda por tres meses más el congelamiento. Es probable que si no se liberan los precios ahora en abril con el consecuente salto para reacomodarse al nuevo contexto económico, ya queden congelados hasta después de las elecciones. Es lógica política no salir de un congelamiento de precios en tiempos de campaña electoral y más con todos los factores en juego que hay en estas elecciones nacionales.

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