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Rompió el protocolo y saludó y besó a los fieles

Domingo, 17 de marzo de 2013 23:23
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Estrechó manos, besó y acarició a los fieles. Para todos tuvo unas palabras de aliento y les pidió que recen por él. Todo en un ambiente de extrema cordialidad.

“Son casi las 10. Tengo que ir a la misa. Me están esperando”, aseguró, antes de entrar a la iglesia.

La pequeña parroquia de Santa Ana, dentro de los muros del Vaticano, se llenó de fieles en esta misa previa a la segunda aparición pública del Papa desde su proclamación el pasado miércoles como primer pontífice latinoamericano de la historia.

“También nosotros somos como ese pueblo que de una parte nos gusta escuchar a Jesús, pero a otra parte nos gusta criticar a los otros, condenar a los otros. El mensaje de Jesús es la misericordia”, dijo el Papa en su homilía, apuntando que Dios “nunca se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón”.

Concluida la ceremonia, Francisco presentó a los fieles a un sacerdote de Uruguay, Gonzalo, presidente del Liceo Jubilar Juan Pablo II, que trabaja en la recuperación de niños de la calle y su integración en la sociedad y en el mundo del trabajo.

Luego, el Papa se dirigió a la plaza San Pedro, donde una multitud aguardaba su primer rezo del ángelus.

Argentinos en la plaza

En la plaza de San Pedro lo esperaban miles de fieles para participar a las 12 (hora local, 8 hora argentina) del tradicional rezo del ángelus, que iba a presidir por primera vez el papa Francisco.

Decenas de banderas argentinas flameaban en la plaza a la espera de que Francisco encabezara el rezo de la tradicional oración mariana, desde las ventanas de su estudio en el Palacio Apostólico, que dan a San Pedro.

Bajo un cielo nublado y un sol que de a ratos aparecía, entre numerosos argentinos presentes, Mariel -recién llegada de Tucumán-, contó que tiene la “ilusión” de que el papa argentino “encabece una revolución del amor y dé vuelta la violencia que existe hoy en el mundo”.

Junto a ella, el matrimonio argentino compuesto por Sandra y Dino -que viven en Italia hace varios años- afirmaron estar “muy emocionados. Sentimos que no estamos solos. Cuando lo vemos a él, vemos a nuestros hermanos, a nuestros amigos argentinos. Nos pone feliz que él, que es nuestro, ahora sea el papa de todo el mundo”, dijo la mujer.

Diana, con camiseta argentina y un embarazo de 6 meses a cuestas, lleva una pancarta que dice: “Gracias Francisco. Nos has donado un mate de gracia. Familias argentinas en Roma”, con la imagen de la tradicional infusión, una costumbre que el Papa trasladará al Vaticano luego de que el sábado una periodista argentina le regalara el suyo.

“Francisco nos está invitando a cambiar. Nos toca el alma con cada uno de los mensajes que estuvo dando estos días”, sostuvo la mujer, que vive en Roma desde hace 10 años.

Testimonio salteño

La presencia de argentinos y latinoamericanos fue el dato distintivo del multitudinario rezo del ángelus que ofreció el papa Francisco en la plaza San Pedro. Allí estuvo Martín, de Salta, quien afirmó estar “impactado por la cantidad de gente que había concurrido”. Además, remarcó que el Papa “no solo es un fenómemo popular, también es un fenómeno de fe”.

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