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El papa Francisco dijo ayer que, además de la pobreza material, en el mundo hay una pobreza espiritual “que afecta a los países más ricos y es la que Benedicto XVI llamó dictadura del relativismo, que deja a cada uno como medida de sí mismo y pone en peligro la convivencia entre los hombres”.
El Pontífice hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió al cuerpo diplomático y en el que dijo que “no hay verdadera paz sin verdad y no puede haber verdadera paz si cada uno en la medida de sí mismo reclama solo su propio derecho, sin preocuparse al mismo tiempo del bien de los demás”.
“Cuántos pobres hay todavía en el mundo! y cuánto sufrimiento afrontan estas personas!”, afirmó el Papa, que añadió: “Pero hay otra pobreza. Es la pobreza espiritual de nuestros días, que afecta gravemente también a los países considerados más ricos”.
El obispo de Roma destacó la “preocupación de la Iglesia por el bien de todos los hombres de la Tierra”, y exhortó al diálogo entre los pueblos para construir la paz.
El papa Bergoglio subrayó que no se pueden construir puentes entre los hombres olvidándose de Dios, “pero también es cierto lo contrario: no se pueden vivir auténticas relaciones con Dios ignorando a los demás”.