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?La asunción del Papa cambió el humor social en Argentina?

Domingo, 24 de marzo de 2013 21:40
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“El sindicalismo de Moyano y Venegas va a jugar muy fuerte poniendo su estructura y logística en la elección”.

Jorge Giacobbe es analista político y titular de la consultora Giacobbe y Asociados de Opinión Pública. En diálogo con El Tribuno, el especialista analizó el momento político nacional tras la asunción del papa Francisco, atravesado por las elecciones legislativas de este año.

¿Cómo interpreta el impacto de la asunción de Bergoglio como papa?

Por lo pronto, hay distintos niveles de impacto. Esta asunción permite exhibir ante el mundo a la Argentina. Es un país muy poco conocido en el mundo. Esto implica un gran riesgo y una gran oportunidad a la vez. Es un riesgo porque nos toma no muy bien vestidos y un poco despeinados, un poco desordenados. Por otro lado, es una oportunidad en términos que la palabra del Papa puede ayudar a muchas cuestiones pendientes de Argentina como el caso Malvinas o inclusive habrá un crecimiento magnífico del turismo religioso.

¿Y en la política nacional?

El Papa lo que hace es constituir un liderazgo mundial que coloca a Cristina en un líder de cabotaje. Me parece que echa por tierra el proyecto de la Presidenta como líder internacional que alguna vez alguien soñó. Y, por otro lado, establece una comparación de estilos que desde mi punto de vista no favorece a la Presidenta. La austeridad, la pobreza, la simpleza no se relacionan con la Presidenta.

¿En este contexto era esperable la marcha atrás de la embestida kirchnerista contra el Papa?

Sí, es muy simple. Es una orden directa de Cristina. El kirchnerismo es el viejo Partido Comunista. Es una orga que cumple órdenes. Me parece que es significativo el desorden en esa orga que provocó Bergoglio. Pasadas unas horas, cuando Cristina logró acomodar las ideas, ella se las acomodó al resto.

Días atrás usted en un programa televisivo se refirió a que los últimos días de marzo y los primeros días de abril iban a ser claves para la política nacional, ¿a qué hacía referencia?

En estos días se van a comenzar a conocer las encuestas que anuncian cuál es la predisposición del electorado respecto a las elecciones de octubre. No hay que esperar octubre para saber qué va a pasar. Se sabe perfectamente que el Gobierno nacional está en perfectas condiciones de ganar o perder la provincia de Buenos Aires, que a esta altura es lo único que interesa en términos electorales. Ya se sabe que va a haber una mala elección en Capital, en Córdoba, en Santa Fe. De modo que lo que importa es saber qué va a pasar en la provincia de Buenos Aires. En esa elección una buena cantidad de encuestadoras van a presentar sus lecturas por estos días. Podrán decir dos cosas. Que el Gobierno pierde. O que el Gobierno gana. Estamos en una Argentina si gana y en otra si pierde.

¿Usted cuando se refiere que el Gobierno gane en provincia tendría que ver con una victoria de Scioli?

Mi teoría es que si las encuestas dicen que el Gobierno provincial no puede garantizar el triunfo al kirchnerismo es probable que Scioli se quede en el oficialismo. Yo creo, si es cierto el proyecto presidencial de Scioli, que no se puede quedar a perder. El gobernador de Buenos Aires también puede decidir jugar por fuera del oficialismo nacional. En términos de cuántos gobernadores, intendentes podría acercar. Así el oficialismo quedaría reducido electoralmente. Estamos a días de poder conocer cuál va a ser el rumbo del país.

¿Y desde las lecturas políticas que se hacen, como se percibe el ánimo de la gente respecto al Gobierno?

La relación del Gobierno con la opinión pública venía en un cuadro de declive. Me parece que el hecho que cambió el humor social es la designación del Papa. Desde mi punto de vista, cambió el humor de la sociedad argentina, al punto de que tengo la sensación de que los que estaban parados se sentaron, y los estaban sentados se pararon. Hoy diría que la situación es una oposición que está trabajando activamente en unirse y el Gobierno está tratando en no desarmarse. Esto no es lo que se veía 30 días atrás. Parecía que era imposible que la oposición se uniese y que el Gobierno se desarmase.

¿Cuál es el elemento que pasa a ser clave para la unidad de la oposición ante la falta de un liderazgo opositor?

No hay un referente único en la oposición. Me parece que van a haber tres grandes fuerzas: el oficialismo y dos más. Lo que yo veo es que los opositores se pusieron a pensar seriamente en unirse. Ha dejado de ser un hecho retórico y captaron el cambio de clima.

¿Para este armado es clave Sergio Massa?

Está claro que hay que ver que está armando Massa. Insisto que lo importante es lo de provincia de Buenos Aires. Los frentes conformados por intendentes de la provincia. Otro es el grupo que está armando De Narváez. Falta por ver qué va a hacer el sindicalismo de Moyano, de Venegas, que seguramente va a jugar muy fuerte poniendo su estructura y logística en la elección. Van a garantizar decorosamente los comicios para la oposición. Estas conversaciones son tediosas, complejas, pero está claro que se está viendo qué armar.

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