inicia sesión o regístrate.
Hace ya por lo menos dos meses la plaza Belgrano se ha convertido en un lugar, casi se diría “exótico”. En diferentes diccionarios se puede obtener las siguientes acepciones de esta palabra:
1. Se aplica al lugar o país que es lejano y muy distinto al propio.
2. Que procede o es característico de ese lugar o país: comida exótica; rasgos exóticos.
3. Extraño, que es distinto a lo que se toma como referencia: exótico país de Asia.
4. Foráneo, que procede de un país o cultura lejano o muy distinto del que se toma como referencia: mujer exótica.
5. Singular, que llama la atención por proceder de un país o cultura distintos o lejanos: apariencia exótica.
6. Original, forastero, insólito, singular, foráneo, infrecuente, raro, chocante, extraño, extravagante.
(Fuente consultada: Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L., entre otras)
Para no caer en falta de respeto quisiera hacer una aclaración: no critico al señor que se ha instalado en este espacio público, ya que no conozco con certeza su situación real, por lo que no lo considero extraño ni chocante ni extravagante. Más bien, me da pena que siga estando en esta plaza, con sus perritos (¡simpatiquísimos!), más los callejeritos que se le arrimaron (porque doy fe de que este caballero cuida mucho a los animalitos; quizá más que la Municipalidad misma y la gente que los descuida y que, por lo mismo, hace que los canes se vuelvan vagabundos).
Lo “exótico” (quizá por raro, extraño) de la plaza no es solamente la presencia de esta persona, sino la obra que se empezó a hacer en la esquina de Belgrano y Pje. Castro, que, como tantas otras obras, no tiene ningún cartel, pero que se mueve un poco lentamente. La verdad, no entiendo qué se ha hecho allí, qué se busca arreglar, realizar, disponer. Por lo menos el señor instalado dice estar allí porque no se le soluciona el problema de su vivienda. Tiene un motivo; ¿será verdad?, ¿o no? No lo sé, pero al menos alude a un motivo.
Bueno sería que se ayude a este hombre, ya sea con la casa o en otros asuntos; pero, también, que la esquina a la que aludí vuelva a ser una esquina normal, ya no vallada.
Lo que ya no parece raro, aunque sí chocante, extravagante, es la presencia de parejas en posturas hasta exageradas, por no decir casi escandalosas; cabe aclarar, sean estas parejas de dos personas de distinto sexo ¡o del mismo!
¡Y qué decir del estado de la calle del Pje. Castro al 200! Como lo dije ya en otra carta tiempo ha, parece una arteria de la época colonial, cuando se circulaba con carretas, que se movían a un lado y a otro por el empedrado desparejo.
¿Será que se están “ensayando” nuevas modalidades de turismo para ofrecer a tanta gente que viene a esta ciudad?