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1 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Inspección en una finca

Martes, 16 de abril de 2013 23:49
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“Es feo recordar lo que vi aquel día”, expresó el testigo Néstor Colque en el sitio donde el 1 de octubre de 1976 aparecieron dinamitados los cuerpos de una pareja, víctima del terrorismo de Estado. Colque y Juan Carlos Gutiérrez se desempeñaban como policías en el pueblo de La Caldera en aquel momento cuando fueron alertados de una explosión en la finca El Gallinato.

Los testigos condujeron ayer al sitio del terror a los camaristas del Tribunal Oral Federal de Salta, al fiscal y a los querellantes para que se cumpliera la inspección ocular dispuesta en el marco del juicio por la megacausa de la UNSa. La comitiva encabezada por los jueces Carlos Jiménez Montilla y Gabriel Casas efectuó el recorrido por el empedrado camino de cornisa de la ruta provincial 11. “Aquí es”, dijo uno de los testigos, y todos descendieron y enfilaron por una senda cubierta por una tupida vegetación.

Colque y Gutiérrez se detuvieron junto a un arroyo bordeado de piedras e indicaron el sitio exacto donde los dos cuerpos fueron dinamitados. “Ya hacía rato que estábamos rastreando el lugar, cuando de pronto vimos el revoloteo de la cuervada”, graficó Colque. Y agregó que “al llegar aquí nos encontramos con un cuadro espantoso; es feo recordar esto”. Gutiérrez señaló que los restos estaban colgados de las ramas de los árboles, y que junto al arroyo quedó un hueco de la poderosa dinamita que los despedazó.

Se sospecha que las víctimas de aquel macabro hecho fueron la profesora de la UNSa Gemma Fernández Arcieri y su esposo Héctor Gamboa. La pareja había sido secuestrada de su domicilio una semana antes, en tanto su pequeña hija, Mariana, fue dejada abandonada en el jardín de una vivienda vecina.

“Vamos a señalar este lugar”

Mariana Gamboa siguió con mucha atención el desarrollo de la inspección ocular en el lugar donde habrían dinamitado a sus padres. Ella tenía pocos meses de vida cuando un grupo de tarea irrumpió en la vivienda del barrio Santa Lucía y se llevó a la pareja. “Es la primera vez que vengo a este lugar y es muy fuerte pensar que aquí hicieron desaparecer a mis padres”, expresó Mariana. Dijo que va a iniciar las gestiones para que este sitio sea señalado, así como lo hicieron en su casa, donde el año pasado se colocaron dos placas recordatorias con los nombres de Gemma Fernández Arcieri y Héctor Gamboa. “El dolor ya lo tenemos, lo que debemos hacer es seguir luchando para que se haga justicia y se conozca la verdad de lo sucedido en aquellos tristes momentos de nuestra historia”, apuntó Gamboa.

El escenario

El lugar donde se desarrolló la inspección ocular está ubicado a unos 5 kilómetros de la ruta nacional 9. La finca pertenece a María Andrés Lavalle, que residente en la provincia de La Pampa, quien la adquirió a un ciudadano alemán. “Hay un proyecto de explotación turística que por ahora está parado”, explicó el encargado del predio. En la intersección con la ruta provincial 11 un cartel reza: “Chacras del Gallinato, un lugar perfecto por naturaleza”. Las serranías, el camino de cornisa y la flora conforman un paisaje de singular belleza, que contrasta con lo sucedido hace 37 años cuando se lo utilizó para dinamitar el cuerpo de dos personas. Los querellantes sospechan que en esa zona funcionó un centro clandestino de detención. “El escenario era perfecto para esos fines”, señaló uno de los querellantes.

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