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Qué hacer cuando se sufre de rosácea

Martes, 28 de mayo de 2013 18:23
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El especialista en Dermatología Mario Marini, MN 32352, es también profesor titular consulto de la Universidad de Buenos Aires y Médico consultor de la división de Dermatología del Hospital de Clínicas, en donde desarrolla tareas docentes y asistenciales. Se dedica a enfermedades de la piel, especialmente las complejas y de difícil resolución, como así también de los cánceres cutáneos.

¿Doctor, nos puede explicar de que se trata la rosácea?

La rosácea es una enfermedad inflamatoria de la piel y en algunos casos de los ojos, de evolución crónica, que afecta principalmente a la cara: frente, nariz, mejillas y mentón de mujeres adultas (de entre 30 y 50 años) , de piel clara, quienes la padecen con mayor frecuencia que los hombres (alrededor del 70 % de quienes la sufren son del sexo femenino).


Cuáles son las características de la enfermedad?
Se caracteriza por episodios transitorios de enrojecimiento y dilataciones de los vasos sanguíneos que luego se hacen persistentes y, en forma episódica, por brotes de lesiones inflamatorias (pápulas y pústulas) sobre la piel enrojecida. En los casos más severos se desarrollan “fimas” que son el aumento de la consistencia y el engrosamiento de los tejidos blandos del rostro. La más frecuente es la rinofima (fima de la nariz o nariz agrandada), este tipo es más común en los hombres.


¿Qué la provoca?
La causa de la rosácea todavía se desconoce, sin embargo, en los últimos años se ha avanzado en su estudio. Está demostrado que en ella existe una actividad exagerada del sistema inmune innato de la piel, que normalmente cumple la función de ser el primer mecanismo de defensa frente a las agresiones. En las personas predispuestas, la activación de este mecanismo (especialmente a través de las catelicidinas) es responsable de la aparición de las lesiones que caracterizan a la enfermedad. Este es el fundamento del uso de medicamentos con efecto antiinflamatorio para su tratamiento. Por otra parte, no se ha probado que las bacterias tengan algo que ver en su aparición, por lo que no se recomiendan tratamientos con efecto antibiótico.


Qué tratamiento se puede hacer?
Si bien la rosácea no se cura, se controla. Primeramente, es conveniente tomar medidas generales no farmacológicas, como: evitar factores desencadenantes (fuentes de calor, bebidas alcohólicas, alimentos picantes, fármacos vasodilatadores, estrés, etc.), descongestivos locales: compresas con descongestivos (ej. manzanilla), geles refrescantes y la protección solar.
El uso de metronidazol tópico es beneficioso.
Es importante tener en cuenta que gracias a un mejor conocimiento de las causas y mecanismos que originan la rosácea, hoy en día se pueden elaborar medicamentos igual de efectivos y con menos efectos adversos que las clásicas tetraciclinas y sus derivados, utilizadas hasta la actualidad en altas dosis por sus efectos antibiótico y antiinflamatorio, quedando para esta nueva dosificación únicamente la acción antiinflamatoria que es la que actúa en la rosácea.

 

Dentro de este grupo se encuentra la doxiciclina de bajas dosis, la única medicación sistémica aprobada por la FDA para el tratamiento de la rosácea pápulopustulosa (2006), que consiste en una dosis de 40 mg, de los cuales 30 mg son liberados de manera rápida y los 10 mg restantes de manera lenta, que actúa bloqueando la formación de catelicidinas que tienen acción proinflamatoria.
Esta droga, en bajas cantidades (con efecto antiinflamatorio y no antibiótico), ha demostrado ser tan efectiva como en dosis altas y ofrece más seguridad, ya que presenta una menor frecuencia de efectos adversos que en dosis más altas.
Para las lesiones vasculares persistentes se puede indicar, con buenos resultados, luz pulsada intensa o ciertos láseres.
La elección del tratamiento depende del tipo de rosácea y del paciente, por lo que siempre se debe consultar con el dermatólogo.

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