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La defensa de Juan Manuel Ovalle sigue sin poder demostrar que era un militante cercano al exgobernador desaparecido Miguel Ragone y, con ello, que no participó en la desaparición de la profesora universitaria Silvia Aramayo, tal como se investiga en la megacausa de la UNSa.
En la audiencia de ayer, el exintendente de la ciudad de Salta hasta 1976, Gerardo Bavio, relató que el entonces gobernador Ragone le advirtió que “se cuidara” de Ovalle, quien era funcionario municipal.
“Ragone tenía sospechas de la forma en que (Ovalle) se manejaba”, fue la idea que dejó en claro Bavio durante su declaración ayer ante el Tribunal Oral Federal de Salta, en la audiencia que se realizó en la Ciudad Judicial. El exjefe comunal también negó que Ovalle integrara “la mesa chica” del exgobernador Ragone.
En la víspera también declaró el actual concejal justicialista Raúl César Alvarez, como testigo de la defensa de Ovalle. El edil reconoció que Ovalle era militante peronista, pero aclaró que no podía afirmar a qué sector pertenecía ni que era un militante vinculado al sector de Ragone.
La estrategia de la defensa de Ovalle apunta a confirmar su militancia en las filas del exmandatario desaparecido. Con esto busca desvincularlo del secuestro de Silvia Aramayo, quien había sido militante juvenil y luego profesora universitaria muy vinculada a las política del rector Holver Martínez Borelli. Ella trabajaba en el curso AM25 (Adultos Mayores 25), que se dictaba en 1976 en la UNSa y al que asistía Ovalle como alumno. Fue allí donde ambos se conocieron y se hicieron amigos.
Tania Kiriako, abogada de los familiares y de la UNSa, recordó que desde hace 36 años la madre de Silvia, Brunilda Rojas, sostiene que el 24 de septiembre de 1976 fue Ovalle quien ingresó a la vivienda familiar -en la que ya había estado varias veces-, se dirigió a la habitación de Silvia, la sacó y se la llevó en un auto, sin que nunca más se supiera de ella.
Para los familiares, Ovalle era infiltrado en la UNSa y se sospecha de él por ser medio hermano de Abel Murúa, quien secundaba a Joaquín Guil, en el Departamento de Inteligencia.