inicia sesión o regístrate.
Brasil abrirá hoy frente a Japón la Copa Confederaciones 2013, en el estadio mundialista de Brasilia, a un año del Mundial, presionado por su favoritismo y pendiente de que su estrella Neymar brille por fin con la camiseta verdeamarelha.
Bajo el comando de Luiz Felipe Scolari, que regresó al banco brasileño a fines del año pasado después de la conquista del pentacampeonato mundial en 2002, la selección anfitriona inicia el examen más importante para el Mundial Brasil-2014.
El torneo que se disputará hasta el 30 de junio reúne a campeones continentales, más España, el monarca mundial, y Brasil, que irá por su cuarto título de la Confederaciones. Aunque en casa eso implica, aparte de ganar, jugar bien, y es ahí donde los brasileños acumulan más deudas con la exigente afición.
“Vamos a hacer todo para conseguir lo que queremos que es el título de la Copa Confederaciones y, lo más importante de todo, que es la Copa del Mundo”, señaló Neymar en la previa.
Protestas, detenidos y todo a la apurada
Violentas manifestaciones en tres ciudades y apresurados trabajos en los estadios marcaron las horas previas al inicio de la Copa Confederaciones, el torneo que pondrá a prueba los preparativos de Brasil para la Copa Mundial del año que viene,
En la capital Brasilia unas 200 personas quemaron neumáticos y bloquearon la calle principal frente al estadio del partido inaugural. La protesta fue organizada por grupos que se quejan del excesivo costo de la Copa Confederaciones y del Mundial.
Cerca del estadio se vio una densa nube de humo negro, delante de la cual los manifestantes mostraban carteles llenos de consignas denunciando al gobierno local.
Miles de personas desfilaron por Río de Janeiro y Sao Paulo para pedir aumentos en las tarifas de autobuses y trenes subterráneos. Hubo algunos incidentes con la Policía, que disparó gases lacrimógenos para dispersar a unos 5.000 manifestantes en Sao Paulo. En Río hubo 2.000 manifestantes, según la Policía.
Por otra parte, hasta ayer hubo trabajadores tirando cemento en las veredas, colocando paneles de vidrio y pintando varios estadios. “Hay muchas cosas que se harán a último minuto”, declaró Joseph Blatter, el presidente de la FIFA. “No debe sorprender que a dos días del inicio todavía se esté trabajando. Quiere decir que hay cosas que no están terminadas y que hay que completar”.
Además, en Río, Italia se quejó porque el estadio Joao Havelange estaba cerrado por fallas en el techo, por lo que tuvo que buscar de apuro otro sitio para entrenarse.
En Recife, Uruguay también tuvo que buscar dónde entrenarse porque el estadio que había elegido no estaba en condiciones luego de una fuerte lluvia.