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Gimnasia se calzó el overol de obrero para cumplir uno de los trabajos más exigentes. El equipo de Víctor Riggio le hizo frente a uno de los rivales más duros en el Gigante del Norte, derrotó a Maipú de Mendoza por 3 a 1 y despertó un centenar de suspicacias para el partido de vuelta.
Luego del pitazo final el clima se puso tenso, dirigentes y cuerpo técnico de equipo mendocino, ofuscados por el resultado, soltaron un sinfín de amenazas que enrarecieron el ambiente (ver página siguiente).
El Tano no quiso polemizar sobre los bochornosos hechos que se suscitaron y calmó los ánimos. “Nos tenemos que ocupar de lo futbolístico. La última vez que fuimos a Mendoza nos trataron bien y aquí se hizo lo mismo. Lo mejor es hablar de lo deportivo, que se encarguen los jugadores y técnicos de que esto sea un enfrentamiento deportivo. Espero que así sea”, expresó Riggio.
Gimnasia demostró ayer con hechos por qué se encuentra en estas instancias, sacó a relucir los argumentos necesarios y supo dar vuelta un marcador adverso.
El técnico millonario, orgulloso por el trabajo que hicieron sus muchachos, analizó: “El equipo reaccionó y dio vuelta el partido, eso es muy bueno y hay que destacarlo. Estuvimos firmes defensivamente, el gol fue de 30 metros, no con una llegada. Lo importante es que el equipo se recuperó; es cierto, no jugó bien los primeros 25 minutos, pero después cambió totalmente la cara”.
Un factor fundamental que cambió la historia del partido tuvo que ver con los cambios que implementó el Tano Riggio. “El partido nos obligó a cambiar el sistema táctico y a jugar con línea de tres. Esa era la discusión en la semana: jugamos con línea de cuatro y no pudimos controlar al rival. Cuando pasamos a la línea de tres nos paramos mejor, combatimos de otra manera y sacamos ventaja en mitad de cancha, donde no encontrábamos el partido”.
Por último, Riggio elogió el presente de Leandro Zárate: “La Chancha está muy bien, espero que pueda continuar así en un momento tan valioso para nosotros”.