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Una nueva escuela comenzó a funcionar en el Chaco Salteño en abril, pero necesita ayuda. Se trata del colegio secundario 5.217, que funciona en cuatro parajes de Rivadavia Banda Sur, llamados en la zona “puestos”.
Los docentes son itinerantes y van rotando por áreas curriculares y por semanas. Los profesores de idioma enseñan unas semanas en El Ocultar y luego siguen su peregrinar por las escuelas de Pozo Verde, San José y El Divisadero. Por ahora el secundario funciona es estas instituciones pero los pobladores y docentes albergan la esperanza de contar con el edificio propio.
Un aspecto destacable es que los adolescentes que concurren a la escuela no deben emigrar hasta La Unión, el pueblo más grande del departamento, para continuar con el secundario. Se quedan en su hogar, con la contención familiar y se continúa la interacción tan necesaria entre criollos y aborígenes.
Se destaca la posibilidad de que los estudiantes tengan un contacto permanente con sus docentes; es decir: se transforma en una educación semipersonalizada y de tiempo completo.
La directora de la escuela 4.598 del paraje de Pozo Verde, Beatriz del Valle destacó la necesidad de contar con un albergue para los alumnos. La escuela tiene una matrícula de 24 chicos en la primaria y 35 alumnos en el secundario. Si bien es personal único en la primaria y tiene a cargo la asistencia a los docentes del secundario, está feliz porque sus alumnos no se van del monte cuando terminan la primaria. Se puede decir que es un colegio exitoso, pero la gran mayoría de los chicos deben ocupar el albergue de la escuela por las grandes distancias que deben recorrer.
Por ello apela a la solidaridad de la quienes quiera apadrinar a la institución, para comenzar a recolectar materiales de construcción y poder ampliar la capacidad del albergue.
Los que deseen colaborar pueden contactarse con la directora al (03878) 15668306, preferentemente los fines de semana; o bien dejarle un mensaje de texto.
Para llegar hasta el lugar se debe tomar la ruta provincial 5 hasta la localidad de La Estrella. Desde este punto hay seguir por la 13, unos 70 kilómetros, hasta una entrada perdida a la derecha. El verdadero martirio comienza allí. Son 35 kilómetros infernales los que hay que recorrer por un camino vecinal.