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Cada vez son más las personas que por sus propios medios recurren a los medicamentos con el objetivo de anular los dolores o contrarrestar estados de molestia, tanto corporales como psíquicos. Entre los más usados, se encuentran los remedios para la acidez, la ansiedad, los relajantes musculares. Sin embargo debemos tener en cuenta los trastornos que generan los usos inapropiados de medicamentos.
El mercado de los fármacos propone una publicidad cada vez más llamativa. Y sólo basta darnos una vuelta por las ciudades o los barrios, para ver que las farmacias son cada vez más grandes y se parecen a centros comerciales más que a los tradicionales boticarios. Se trata de algunos factores que influyen en la automedicación de las personas. Un hábito peligroso y que suele tener consecuencias desastrosas: según datos del Sindicato Argentino de Farmacéuticos, cerca de 1.200 personas mueren anualmente en Argentina por consumo excesivo de analgésicos potentes. Y es una cifra que crece.
La automedicación se define como “el uso de medicamentos por iniciativa propia, sin que exista ninguna prescripción médica”. Sin embargo, existe una automedicación responsable que consiste en administrarse un fármaco cuyo único objetivo es tratar síntomas menores, como el dolor o la fiebre. Pero es así sólo si se lo hace por un tiempo limitado.
Que el remedio siga siendo tal
También es verdad que muchos de los fármacos que ofrecen las farmacias pueden comprarse sin necesidad de presentar ningún tipo de recetas. Se trata de los llamados “medicamentos de venta libre” que, no obstante, no por eso se convierten en seguros o inocuos.
Como expuso la especialista Ana Fajreldines del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Austral, “ningún medicamento guarda el carácter para lo que fue creado, cuando se lo toma fuera del contexto y del propósito para el que fue fabricado y según el cual fue probado”.
“Creo que, fundamentalmente porque la automedicación es un hábito muy frecuente, y está muy extendido, es importante que la gente entienda e incorpore el riesgo que implica automedicarse. Más aún cuando como consecuencia de la publicidad masiva y del "rápido alivio' se corre el riesgo de caer en la automedicación no responsable”, señaló la farmacéutica.
Fajreldines sostiene que es necesario “revisar el sistema de las grandes farmacias, en las cuales a menudo los medicamentos están expuestos al lado de productos cosméticos, de perfumería o incluso de golosinas”.
No debemos olvidar que se debe entender al medicamento como un instrumento de salud y no como un bien de consumo, motivo por el cual su uso debe adecuarse a cada indivi duo.