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Massa, el político que capitalizó el voto contra el Gobierno

Domingo, 18 de agosto de 2013 03:44
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Cuando estuvo en Anses encaró un proceso de modernización, al que le sumó celeridad y eficiencia.

Massa comenzó a tejer alianzas con todos los sectores del peronismo que no comulgaban con el Gobierno nacional.

Su rostro siempre sonriente y su carismática figura generan sentimientos dispares. Sus aliados y defensores ven en él a un figura política en crecimiento y con suficiente proyección como para aspirar -en 2015 o cuando sea- al sillón de Rivadavia.

Sus detractores, casi todos ellos dentro del arco kirchnerista, no dudan en calificarlo de “charlatán de feria” y, aunque reconocen su habilidad en el manejo del marketing político, lo descalifican porque sostienen que detrás de su corrección y formalismo se esconde un político manipulador y poco transparente.

Sergio Massa, exjefe de gabinete de la Nación y actual intendente del municipio bonaerense de Tigre, se impuso el domingo pasado, hace exactamente una semana, en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) para definir los candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires que competirán el próximo 27 de octubre.

Le ganó por casi seis puntos a Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora y candidato del oficialismo, asestando un golpe difícil de digerir al Gobierno nacional, cuyos candidatos también fueron derrotados en Capital Federal, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Santa Cruz y varios otros distritos.

Este abogado dio sus primeros paso en política en la Juventud de la Unión de Centro Democrático, la hoy desaparecida Ucedé, de donde nacieron las principales ideas neoliberales que alimentaron los dos gobiernos de Carlos Menem.

A fines de los 90, sin embargo, saltó el charco y se sumó al Justicialismo en un grupo de dirigentes que lideraba el gremialista gastronómico Luis Barrionuevo, el que promovía la candidatura presidencial de Ramón “Palito” Ortega.

En 1999, cuando el tucumano acordó ser el candidato a vicepresidente de Eduardo Duhalde, Massa quedó incorporado en la lista de candidatos a diputado provincial, cargo que obtuvo y desempeñó hasta 2002.

La caída de Fernando de la Rúa y la posterior asunción de Eduardo Duhalde le permitieron dar el primer paso trascendente en su carrera político. Duhalde lo nombró director Ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) en forma interina; y Néstor Kirchner lo confirmó en el cargo cuando llegó a la presidencia de la Nación.

Durante su gestión el organismo encaró un proceso de modernización operativa y administrativa que le sumó celeridad y eficiencia. Se elaboró también una base de datos personales que es hoy la más completa y actualizada del país.

La decisión política de Néstor Kirchner de mejorar la cobertura del sistema jubilatorio junto a una actualización de los haberes elevaron su nivel de conocimiento y popularidad, al punto que en 2005 fue electo diputado nacional, cargo al que renunció a pedido de Kirchner para continuar al frente de la Anses. Dos años después, en 2007, se presentó como candidato a intendente de Tigre y ganó el cargo, que asumió el 10 de diciembre de ese año.

El 2008 fue un año de cambios. Con Cristina de Kirchner ya como Presidenta, el Gobierno nacional se embarcó en una durísima batalla con el campo por las retenciones a las exportaciones de soja, establecidas en lo que se conoció como la resolución 125.

El ascenso

Cuando el proyecto llegó al Congreso y recibió el voto “no positivo” del exvicepresidente Julio Cobos, el entonces jefe de Gabinete Alberto Fernández presentó su renuncia y Sergio Massa fue convocado por la Presidenta para reemplazarlo.

Su estilo dialoguista y contemporizador rápidamente generó roces con el corazón del kirchnerismo, poco amigo de escuchar a los adversarios políticos y con una apertura casi nula a la búsqueda de consenso.

Pese a su intensa actividad en el cargo, fue perdiendo protagonismo e incluso facultades en manos de otros referentes del Gobierno K. Aun así, en los comicios legislativos de 2009 integró la nómina de “candidaturas testimoniales” del oficialismo, concebidas por el expresidente Néstor Kirchner para evitar una derrota anunciada tras la crisis del campo.

El punto final de la relación estuvo marcado por las acusaciones del kirchnerismo a Massa de traición, luego que la lista de concejales de su distrito -encabezada por su esposa Malena Galmarini- obtuviera en la elección 14 puntos más que la de diputados nacionales que impulsaba a Néstor Kirchner.

Como si esto fuera poco, se conocieron declaraciones del expresidente en las que se refería a él como “Massita”, queriendo con el diminutivo rebajar su estatura política y personal. El 7 de julio de 2009 fue reemplazado por Aníbal Fernández.

A fines de 2010 se conocieron, gracias al escándalo de WikiLeaks, varios diálogos mantenidos por Massa con funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en la Argentina, en los que Massa se refiere al expresidente Kirchner con términos despectivos como “perverso” y “cobarde”.

Inseguridad y desempleo

De vuelta en Tigre, Massa mantuvo inicialmente un perfil bajo, pero desde 2012 trabaja en una fuerte campaña de instalación mediática. Como intendente de uno de los municipios mas ricos de la Argentina, adonde abundan los countries y barrios cerrados, buscó mostrar eficiencia en la gestión en algunos de los temas que encabezan la agenda de preocupaciones de la gente, como la inseguridad y el desempleo.

En materia política, tomó distancia del kirchnerismo sin romper relaciones; y comenzó a tejer alianzas con todos los sectores del peronismo que no comulgaban con las políticas del Gobierno nacional. De ese consenso surgió el Frente Renovador, en cuya cabeza se instaló Massa.

Luego, el ahora principal competidor de Daniel Scioli y Mauricio Macri en la carrera hacia 2015 volvió a hacer lo que mejor sabe. Comenzó a visitar programas políticos en la radio y la TV, gestionó entrevistas en los grandes diarios; encargó encuestas, invitó a comer asados y jugar al fútbol a referentes de la vida política, social y deportiva y, con ingenio y bajo presupuesto, volvió a los primeros planos de la política nacional.

Hay muchos que ponen en duda su verdadero compromiso con la transparencia. Hay quienes advierten que pasó del liberalismo al duhaldismo y del duhaldismo al kirchnerismo y del kirchnerismo al antikirchnerismo con una sorprendente facilidad.

Hay quienes señalan incluso que sus supuestos logros en materia de lucha contra la inseguridad, en realidad, no son tales, y que solo se trata de una bien elaborada campaña de marketing. Pero más allá de todo eso, Sergio Massa supo capitalizar el voto de los que tomaron distancia del Gobierno y, el domingo, eligieron una opción distinta. Ahora queda por saber si el resultado de las PASO son el techo o, por el contrario, el piso a partir del cual Massa pretende construir su camino a la Casa Rosa da.

 

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