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Una familia rusa de clase media, compuesta por un matrimonio y sus dos hijos, está acusada de matar a 30 personas en los últimos seis años alegando que lo hacían para ganar dinero y divertirse.
La policía rusa tras años de investigación consiguieron encontrar a los responsables de las 30 muertes perpetradas en Stavropol, Rostov y otras ciudades del país.
El principal escollo para la policía fue que esta familia no encuadraba en el perfil de "asesinos": Roman Podkopaev, dentista de 35 años, su mujer Inessa Tarverdiyeva, maestra de enfermería de 46 años, y sus dos hijas, una de ellas menor de edad.
"La banda se autodenominaban 'La Familia de Monstruos' y robaban por dinero porque matar para ellos era como un día de trabajo", comenta Vladimir Markin, uno de los responsables de la investigación al diario The Mirror.
Se veían como una familia normal, sin embargo, formaban una banda que asesinó a 30 personas, entre ellos varios niños y seis policías.
En una ocasión, la familía mató a dos adolescentes, y a una de ellas le sacaron los ojos.
Su carrera delictiva culminó cuando intentaron entrar a robar en la casa de un militar retirado en Aksai, y el asalto terminó en un tiroteo.
Tarverdiyeva y una de sus hijas, Anastasiya de 13 años, se entregaron, mientras que Podkopaev huía con la otra hija en una moto. La policía finalmente mató al padre de un disparo y la joven asesina resultó herida de gravedad.