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Ya no se puede hablar de una sola y simple mala tarde. Ya son varias y Central Norte se va cada vez más para abajo en el torneo. En Entre Ríos, frente a Gimnasia y Esgrima, no supo hacer pie en momentos clave y terminó cometiendo errores individuales que siguen complicando el arranque. Ganaba gracias a un buen zapatazo de Armella, pero se lo dieron vuelta con un golazo de tiro libre de Sagarsazu y una guapeada de Umpiérrez.
Fue 2 a 1 para el lobo entrerriano que terminó sediento; en cambio, el cuervo bajó su producción colectiva notablemente en los últimos minutos. Había cumplido con un buen primer tiempo y con un esquema táctico diferente (3-4-3) supo contener a su rival en cada sector del campo. La línea de tres en el fondo no tuvo fisuras y se complementó a la perfección con la de volantes. De este modo, el local nunca pudo llegar cara a cara con el arquero De Giorgis. Incluso, la situación más clara fue de Central: Diego Magno capturó un mal despeje y encaró hasta Orcellet, y cuando estuvo a punto de definir se la tocaron de atrás y se la mandaron al corner.
El segundo tiempo fue distinto, de ida y vuelta en el que se cambió golpe por golpe. Leandro Martínez le pifió de frente al arco en la primera ocasión; en cambio, Tomás Armella no falló tras un tiro de esquina y con un buen remate puso arriba al cuervo. Era el momento de agudizar los sentidos y no equivocarse, pero el defensor Mena cometió una falta cerca de área y Sagarsazu la clavó en el ángulo. A partir de allí, el lobo se agrandó y fue por más, hizo revolcar a De Giorgis con un remate de Robles y otro de Scaglia. Encima, los cambios de Coleoni no surtieron efecto. Central volvió a ser vulnerable por el lateral derecho con Luciano González y por allí se filtró Umpiérrez para marcar el segundo.
Baja el nivel y sube la calentura
Por un lado, Gustavo Coleoni trata de disimular las falencias individuales y evita buscar culpables de este mal presente. Pero por otro lado, más precisamente por el lado dirigencial, la calentura crece inversamente proporcional al rendimiento de algunos futbolistas que llegaron como titulares indiscutidos, pero que en las tres primeras fechas no ratificaron su titularidad.
“Hay individualidades muy bajas y que cometen errores que nos cuestan los partidos”, admitió el presidente José Macaione en diálogo con El Tribuno, mientras los futbolistas abandonaban el estadio Nuñez.
El titular del cuervo, que encabezó la delegación, no quiso dar mayores detalles pero, a juzgar por lo que se vio, el mensaje del presidente puede tener claros destinatarios.
Uno podría ser el delantero Leandro Martínez, quien ayer tuvo un flojísimo rendimiento; jugó lejos del arco y encima desperdició la única chance clara de gol que tuvo en el inicio del segundo tiempo. Martínez, ex Crucero del Norte, llegó para suplir a Enzo Noir, y se había presentado con un tanto en el amistoso contra River, pero en los partidos oficiales hizo poco y nada.
A Alejandro Mena se le puede reclamar la falta al borde del área, pero fue ésta tal vez la única falla que tuvo el defensor en Entre Ríos.
En cambio, Luciano González, quien había tenido un pésimo partido ante Central Córdoba, no supo contener a Umpiérrez en el inicio de la jugada del segundo tanto de Gimnasia (algo de responsabilidad también le cabe a Aguirre). González había reemplazado a Campos, de regular desempeño.
Jorge Medina tampoco deslumbró en su primer partido como titular; mientras que Federico Comini jugó muy pocos minutos como para poder cambiar la historia.
Los mejores
Diego Magno y Omar Díaz se merecieron subir al podio en Concepción del Uruguay, pese a la derrota del equipo cuervo. Magno volvió a mostrar toda su dinámica en ataque y hasta cumplió un papel extra bajando y recuperando balones. Díaz debutó como lateral-volante izquierdo (en reemplazo de Fabio) y tuvo una buena labor.