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Un clásico carente de emociones y que arrojó una igualdad en cero fue el que entregaron Juventud Antoniana y Gimnasia y Tiro. El juego aburrido y con escasas llegadas en ambos arcos castigó a los dos. Pero el que más perdió, por el pobre trabajo que exhibieron santos y albos fue el hincha que pagó su entrada con la ilusión de presenciar un partido vibrante, intenso, con ida y vuelta permanente pero se encontró con una cruda realidad: la falta de ideas y ambición para mirar el arco de enfrente.
Juventud intentó asumir el protagonismo y en la única opción de convertir, Marcos Litre, en el amanecer del encuentro, se encontró solo ante Ernesto Hernández y el cabezazo del delantero fue salvado providencialmente por el guardavalla millonario en la puerta del arco.
Y fue ésa la única jugada que presentó la posibilidad de marcar para el lado del santo. Mientras que Gimnasia buscó, vía Claudio Acosta, encontrar el camino para llegar hasta Mariano Maino, pero el Beto también fue perdiendo gravitación porque las incursiones las hizo en soledad. Además, Acosta, con más ganas que claridad, cuando buscó juntarse con Matías Ceballos no contó con un socio ideal en el traslado de la pelota y en más de una oportunidad los defensores contrarios le fueron tomando el tiempo y cerrando todos los espacios disponible en ciertos pasajes del encuentro.
El esquema táctico que esta vez dispuso el técnico Mauro Laspada no prosperó de mitad de cancha para adelante. Una cuestión pendiente es que al equipo antoniano le cuesta concretar para avanzar en forma más incisiva en campo contrario. Y, cuando aparecen este tipo de contingencias se planteó un trámite enredado y en el que se propuso que la pierna se dedique más a destruir que apelar el ingenio para generar situaciones de gol. Esto fue común denominador en un partido chato.
No es saludable para nada que tanto Juventud como Gimnasia propongan un reparto de puntos sin dejar algo en el haber, en función de lo que puede deparar con el correr de la fecha el desarrollo del torneo.
Queda por realizar un serio replanteo en las dos partes con la esperanza de que en futuras presentaciones comiencen a saldar lo que dejo este mediocre enfrentamiento: notoria ausencia de calidad futbolística y ambición por ganar.
Pasó un clasico más que rápidamente quedará en el olvido.
Palacio no desentonó
Ezequiel Palacio, en la defensa antoniana, le tocó suplir la ausencia del Gringo Martínez, un jugador que había rendido a un nivel importante tanto en la preparación como en el debut del santo frente a San Martín de Tucumán. Y el defensor, que llegó de Defensores de Belgrano de Villa Ramallo, no desentonó y controló bien al Beto Acosta.
La baja de Zuvinikar.
Ahora en la formación antoniana, se producirá una nueva baja ante la expulsión del Colorado Gabriel Zuvinikar, cuando vio una polémica tarjeta roja, por doble amonestación.
Seguramente, para el próximo partido, de local, los dirigidos por Mauro Laspada, contarán con la vuelta de Martínez y la presencia de Ezequiel Palacio en la zaga central, un comodín al que viene echando mano el DT.
Bajo la lupa
M. Maino (5). Solo tuvo trabajo cuando le tocó intervenir cuando la pelota llegó a su arco tras los tiros de esquina y en algunos tiros libres.
E. Palacio (5). Cumplió por su lateral derecho en la defensa y ante la expulsión de Zuvinikar (Gabriel) fue a jugar de central.
G. Zuvinikar (3). No anduvo bien. Le jugó en contra la presión del clásico de tal forma que se fue expulsado por doble amonestación y dejó a su equipo con diez hombres.
H. Fernández (5). Sólido en la marca de la Chancha Zárate, el delantero más peligroso de Gimnasia.
J.P. Cárdenas (6). El mejor de la defensa. En el primer tiempo le tocó estar más atento a las escapadas de Guglielmi y en el complemento no anduvo con muchos problemas.
N. Aguirre (4). No fue la solución para recorrer por sorpresa por el sector derecho del mediocampo y convertirse en otro atacante más.
O. Domínguez (4). Desconocido. No aportó la claridad que en otros partidos supo otorgar desde su posición.
G. Ortiz (4). También desacertado e impreciso. Y en el momento de la recuperación entró mucho en el roce con el contrario.
L. Córdoba (4). Intentó con el perfil de zurdo ser la conexión con los delanteros, pero su trabajo se sumergió en la intrascendencia.
M. Litre (4). Buscó el gol, pero, amen de esa jugada en el inicio mismo del partido, cuando cabeceó solo frente al uruguayo Hernández. Luego tuvo otra que tapó Suso. Qudó en deuda.
R. Sánchez (5). Aportó presencia y la peleó a todas con sus marcadores en soledad. Pero sigue sin poder concretar en el arco rival desde el inicio del torneo.
M. Fernández (4). Fue el debut del “Enano” con la camiseta del santo en este torneo y nada menos que en un clásico. Se contagió de mal juego y no aportó mucho.