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Un vidente del Valle de Lerma asegura que las altas temperaturas que se registran durante esta temporada no solo provocan problemas energéticos, sino que favorecen la aparición del “Pata i' Cabra”, tal como lo cuenta la leyenda.
“Aparece en temporadas calurosas”, según lo que aseguran en el campo.
En el Valle de Lerma, se multiplican día a día los testimonios de vecinos que advierten sobre la presencia, por las noches y en lugares solitarios, de un gaucho alto y muy elegante, con sombrero de ala ancha, sonrisa amplia y picaresca, cutis bronceado, quien deja ver debajo de su bombacha criolla unas enormes pezuñas de cabra.
Se trata de los cuartos traseros completos del rumiante, cuya leche dio fama a los quesos de Ismael Ortega, en La Isla.
Un caso reciente
Antonio, de La Merced, aún no logra superar las secuelas del susto que se llevó días atrás, luego de toparse con el “Pata i' Cabra” en calle General Gemes, camino al cementerio local. El lugareño logró esquivarlo con su Renault 12, para evitar caer en las redes engañosas de sus encantos, que invitan a seguir la noche de manera lisonjera pero que, en la mayoría de los casos, tiene un final harto engorroso.
Un susto para un grupo de chicos de Cerrillos
Un grupo de jóvenes de Cerrillos que disfrutaba el último fin de semana de una reunión en torno a una pileta de natación, a la vera de la ruta provincial 23, entrecruzaron palabras con un gaucho que insistía con darse un “chapuzón” en el natatorio.
Firmes en su postura, los adolescentes lograron persuadir al extraño, pero al verlo alejarse de la casa quinta, pudieron observar que lo hacía con un trotecito corto y entrecortado, meneando los glúteos al igual que las cabras sus ancas. Fue entonces que divisaron las peludas extremidades inferiores del sujeto, terminadas en pezuñas. “Es el "Pata i' Cabra'”, alertó Joaquín, uno de los chicos, recordando las descripciones que del personaje había escuchado, pero del que siempre creyó que se trataba solo de una superstición.
Entrado enero, con la próxima llegada del carnaval, relatan los entendidos, el “Pata i' Cabra” se pone más extrovertido y amigable, y hasta se les aparece a los cristianos en medio de los bailes carperos. También recorre los desfiles carnestolendos a lo largo de la avenida Gemes, de Cerrillos, mezclándose entre la gente en busca de sus víctimas.