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Antes, durante y después de la inauguración, la policía y los manifestantes se enfrentaron en Sao Paulo, Río de Janeiro y otras ciudades.
En Sao Paulo, más de 300 personas se congregaron en la avenida principal que conduce al estadio Itaquerao; algunos intentaron bloquear el tránsito pero la policía respondió con gases lacrimógenos y bombas de ruido. Lo mismo sucedió en Río con otras 300 personas; en Belo Horizonte, 200 manifestantes hicieron la protesta en forma pacífica y en Porto Alegre hubo destrozos y más enfrentamientos.