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Los vecinos del barrio San Rafael, finalmente, podrían contar con la escritura de sus terrenos, después de estafas y años de lucha.
Hace 18 años, la empresa Antártida Argentina realizó un loteo en San Lorenzo. Contaba con 920 lotes en las inmediaciones de Atocha, comprendido en tres catastros. Lo que nunca dijeron los dueños del predio es que es una zona inundable. Por otro lado, nunca se presentaron los planos del loteo para su aprobación en la Dirección General de Inmueble. La gente que compraba estos lotes desconocía que no estaban registrados y por lo tanto no podían ser escriturados.
Tampoco hubiese sido aprobado porque es una zona que “no se puede habitar a raíz de que es inundable. Aunque ahora tenemos el certificado de ininundabilidad a raíz de que el Gobierno provincial entrega lotes en las inmediaciones de nuestro barrio, a pesar de que se inunda”, explicó Pablo Camacho, el delegado vecinal.
El embargo
En 2006 uno de los vecinos del bario le realizó un juicio a la empresa Antártida Argentina por las inundaciones y la Justicia embargó el catastro más grande. Mientras los jueces actuaban, la empresa siguió vendiendo lotes, entre ellos los embargados, que, además, fueron escriturados en condición de condominios.
Camacho también asegura que la empresa vendió dos o tres veces el mismo terreno y hasta la fecha los dueños están en conflicto.
Después de golpear muchas puertas, el municipio de San Lorenzo se ofreció para solucionar el problema.
Según Carlos Sayún, el abogado contratado por el municipio para intermediar entre los vecinos, la empresa y el Gobierno provincial, el problema estaría en vías de resolución y en un mes muchos de los vecinos podrían tener la escritura del lote: “Hace un año que venimos trabajando, pero en mi vida vi un enredo tan grande como éste. Todo estaba mal”, señaló Sayún en la reunión vecinal realizada la semana pasada.
Por su parte, los vecinos están descreídos de todo y de todos y hasta que no vean la escritura en sus manos no se quedarán tranquilos.
“Fuimos estafados y engañados muchas veces en estos 18 años y no creemos en nada. Lo único que queremos es el papel que demuestra que estos terrenos son nuestros”, señaló Camacho, quien agregó: “No podemos sacar ningún crédito porque no tenemos la escritura. Un vecino está desesperado, porque salió sorteado en Procrear y no puede acceder al dinero hasta tener la escritura”.