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La vida es eso que pasa mientras se juega el Mundial

Lunes, 07 de julio de 2014 01:04
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La Selección nos provoca algo que ninguna otra cosa puede. Ese “no se qué”, dirían algunos y se podría traducir en esa sensación de que somos cuarenta millones representados en esos once jugadores, en ese ímpetu por alentar, en esos nervios que nos carcomen cada vez que salen a la cancha y en esas ganas de demostrar que los argentinos somos los mejores del mundo. Refregárselo a todos, principalmente a los brasileños, ejes de nuestros cánticos. 

Pero, ¿qué es lo que en verdad sucede en la sociedad? El psicólogo Mario Verde, docente de la Universidad Católica de Salta y especialista en psicología social, habló con El Tribuno, y explicó, desde la ciencia, qué impactos tiene en la sociedad el Mundial. “Es un acontecimiento de masas, de los últimos que van quedando porque se van reduciendo y dividiéndose para los distintos segmentos”, definió Verde. 
El especialista también dijo que el Mundial genera “imaginarios sociales”, que se tratan de recuerdos de importancia del pasado, que están en la memoria colectiva de la gente y que pueden gravitar sobre el presente (por ejemplo, la última vez que Argentina ganó la Copa de la mano de Maradona) y, del mismo modo, de los sueños, deseos o anhelos colectivos que también pueden gravitar en el presente (un ejemplo podría ser ver a Argentina campeón y levantando la Copa con Messi). 
“Por un lado se apunta a revivir los recuerdos; entonces, nuestra memoria colectiva sobre mundiales nos dice que hemos sido capaces de ganar dos mundiales, entonces somos capaces de ganar este que se está desarrollando”, agregó Mario Verde.

Todos somos argentinos

Muchas personas se quejan en las redes sociales reclamando que el patriotismo de sacar las banderas y pintarse las caras solo aparece cuando Argentina juega el Mundial y no así para ciertas fechas patrias. Verde explicó este fenómeno: “El fútbol tiene menos puntos de discusión, es fácil establecer grandes acuerdos. En política e historia, hay posiciones encontradas, mayores debates, son temas delicados y no tienen la pasión ni la simpleza del fútbol. La historia no puede desencadenar pasiones al igual que el fútbol; el fútbol es pasión popular, la historia no”.
Así, ese imaginario colectivo que genera el Mundial logra desviar nuestra atención a ciertos hechos de relevancia que ocurren en la sociedad. Si está bien o mal, será cuestión de análisis personales, ¿no?

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