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La forma de la Argentina

Lunes, 15 de septiembre de 2014 00:53
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La forma de la Argentina

¿Cuál es la forma de la República Argentina? Estamos acostumbrados a una imagen del país que es ancha en el norte y termina en un vértice en su extremo austral, al pie de los mares antárticos. En líneas generales tiene la forma de un triángulo escaleno, con su lado occidental a lo largo de la Cordillera de los Andes que nos separa de Chile, su lado norte coincidiendo con el paralelo de 22 grados sur que nos separa de Bolivia y un lado oriental entre el límite tripartito de Iguazú hasta el extremo de la Tierra del Fuego. En números gruesos el largo máximo de la superficie continental es de unos 3700 km y el ancho máximo de 1400 km que se va enangostando progresivamente hacia el sur. Esto otorga a la Argentina una superficie continental aproximada de 2.800.000 kilómetros cuadrados. Sin contar los reclamos insulares sobre Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, además del Sector Antártico. Pero ¿es esa la verdadera forma de la Argentina? Hubo alguien que lo puso en duda y fue el Dr. Juan José Nágera (1887-1966), geólogo y geógrafo argentino nacido en Gualeguaychú, Entre Ríos. Nágera estudió en la vieja Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Buenos Aires, convirtiéndose en el primer geólogo diplomado en una universidad de la República Argentina con el grado de Doctor en Ciencias Naturales. Fueron sus maestros algunos prohombres de la ciencia argentina como Eduardo L. Holmberg, Cristóbal Hicken, Ángel Gallardo, Juan Nielsen, Enrique Herrero Ducloux y el conde italiano Guido de Bonarelli, con quién tempranamente publicó uno de sus primeros trabajos sobre la geología de Entre Ríos y Corrientes. Su estudio de tesis fue sobre la geología de las Sierras Bayas de la provincia de Buenos Aires, trabajo por el cual fue galardonado con el premio 'Carlos Berg'. A pesar de su formación cómo geólogo, se volcó ampliamente a la geografía y en menor medida al estudio de los reptiles, ramas en las que fue un verdadero especialista. Entre sus trabajos de geología se destacan los que realizara sobre las rocas más antiguas del país que publicara en el Congreso Geológico Internacional en Bélgica (1922); sus estudios sobre los yacimientos de calizas de la Argentina; sobre la geología del sistema de Tandilia; sobre el campo meteorítico de Campo del Cielo, entre otros. Su trabajo cumbre, una geología integral de la ciudad de Buenos Aires, consistente de tres gruesos volúmenes con centenares de gráficos y fotografías y realizado bajo contrato, nunca fue publicada por la Municipalidad de Buenos Aires a causa de la desidia de los gobernantes de turno y a pesar de los insistentes ruegos de Nágera, quién en una carta al intendente le decía, con pena, que 'los hombres de ciencia pura no poseen otro capital que la publicación de sus obras'. Sin embargo es en la geografía donde su obra brilla con más intensidad. Su 'Atlas de la República Argentina' (1926) y su libro de 'Geografía Física de la República Argentina' (1938), son verdaderos clásicos del tema. Fue miembro fundador y honorario de la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos (GAEA) y en 1925 representó al gobierno argentino en el Congreso Internacional de Geografía y Etnología celebrado en El Cairo. Otras de las instituciones de las que fue miembro fundador son la Asociación Geológica Argentina, la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales y la Sociedad Ornitológica del Plata. Como profesor, enseñó geografía en las universidades de Buenos Aires y La Plata. Su gran actividad académica y científica le valió la medalla de oro 'Amator Scientiarum' de la Sociedad Científica Argentina. Su don de visionario quedó claramente reflejado luego del conflicto bélico de Malvinas. Al respecto Nágera escribió en 1936 lo siguiente: 'Los yacimientos de líquido en los continentes no son inagotables y el término de su duración será bastante menor de los que muchos creen. Quiero decir con ello que no será difícil en el porvenir, se lleven a cabo investigaciones prácticas en muchas plataformas submarinas y en las cuales las posibilidades que ofrezcan a la exploración y explotación serán vencidas. Y si estos yacimientos se encuentran fuera de lo que hoy se considera en derecho internacional como mar litoral, y si al mismo tiempo el derecho de descubrimiento lo reclama y sostienen muchas potencias como puede suceder ¿alguien sería capaz de evitar graves acontecimientos?" Hoy vemos la validez de sus proféticos ejemplos. A él le debemos la "Doctrina del Mar Libre, o Doctrina Nágera" (1927), teoría de la soberanía de las 200 millas marinas. Allí propuso extender la soberanía más allá del mar territorial hasta alcanzar el borde de la plataforma continental. Sin quedarse en la mera idea impulsó el decreto ley 1386/44 donde se extienden por primera vez las reservas mineras al "Mar Epicontinental Argentino", representando la primera manifestación de soberanía que el gobierno de la nación ejerció sobre la plataforma continental. Dos años más tarde el Decreto Nº 14.708/46, firmado por Juan D. Perón y vigente en la actualidad, complementaba la norma anterior iniciando una serie de políticas de estado argentinas en este sentido. Su mayor aporte es haber planteado, entonces, que la Argentina posee una de las más extensas plataformas continentales del mundo y que ese territorio no es "mar abierto", como le gustaría a muchas potencias extranjeras, sino que pertenece a la integridad territorial del país. La plataforma continental es la continuación geológica de la tierra firme, de la Pampa y de la Patagonia, con sus formaciones estratigráficas, sus cuencas sedimentarias y sus rocas y depósitos minerales por debajo del océano Atlántico. Si bajáramos 200 m el nivel del mar veríamos la extensión de la Argentina continental por debajo del océano. Las Islas Malvinas están inmersas dentro de este conjunto geológico y forman una parte geográfica indisoluble del territorio argentino. Cuando integramos la plataforma continental al resto del territorio nacional nos encontramos con que la forma triangular del país pasa a ser rectangular y que ese cambio significa nada menos que un millón de kilómetros cuadrados más de superficie. En Gualeguaychú, su tierra natal, un monumento de concreto formado por cinco planos triangulares honra su memoria. En Salta se encuentra su biblioteca que fuera adquirida hace muchos años por la UNSa, y cuyos volúmenes amarillos nos permiten bucear en el espíritu de este sabio argentino cuya obra estuvo aplicada por entero al servicio de la Nación. El suscripto fue galardonado este año con el Premio Dr. Juan J. Nágera a la difusión de la geología.

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