El Aikido es una arte marcial que no es competitiva. Cuando a una persona ataca, lo que se busca es neutralizarla sin hacerle daño.
Esta disciplina puede practicarse desde los 7 años hasta más allá de los 70.
“Se puede trabajar en forma tranquila y suave. Mejorando la flexibilidad, y con un buen entrenamiento físico se logra mantener el cuerpo”, destacó el sensei Martín Lastape.
La practica de Aikido, para quienes ya dedican su vida a este deporte, es en forma diaria. Además de dar clases y realizar demostraciones en el dojo.
Martín Lastape es parte del Comité Olímpico de Aikido y da clases en Santiago de Chile en la escuela Internacional de Aikido.
Puesto que esta disciplina no es de competencia, se realizan demostraciones cada dos años en todo el mundo a través del Word Combat Game. La última demostración se realizó en Rusia.
Desde la vestimenta hasta las movimientos suelen ser de origen tradicional, sin embargo la disciplina a lo largo de los años fue cambiando, lo que se denominan aikido moderno.
Esta disciplina como todo deporte tiene sus beneficios tanto en los adultos como en los ancianos. “Las personas aprenden un arte marcial para en definitiva no tener que pelearse. Cuando más uno entrena menos va peleando en la vida”, destacó Lastape.
En el aikido se trata de mejorar a la persona, se practica para ser mejor persona. Entre otros beneficios también mejora la concentración.
En Aikido Akikai Salta se lleva adelante una campaña gráfica para buscar apoyar a los jóvenes que sufren acoso, discriminación y bullying. El objetivo es lograr que los chicos conozcan que a través del aikido pueden tener las técnicas necesarias para aprender a defenderse sin tener que lastimar al agresor.
Esta práctica es recomendada tanto para chicos activos y con problemas de disciplina como para aquellos que son tímidos. Aquellos que tienen problemas de disciplina logran alcanzar la concentración, mientras que lo más tímidos aprenden a dejar de temer pues cuentan con las herramienta para defenderse y se superan como personas.
“El aikido es como una disciplina militar. Esto no quiere decir que los obligues a dar 10 vueltas a la manzana, pero si se siguen ciertas normas de respeto durante la clase. Se deben respetar los lugares en el dojo, el silencio frente al compañero, el respeto”, explicó Lastape.
El padre de la disciplina
El creador del aikido fue Morihei Ueshiba Como su nacimiento fue prematuro nació con poco peso y fue un niño pequeño, débil y enfermizo; lo que llevó a su padre, orgulloso de ser nieto del guerrero samurai Kichiemon Ueshiba famoso por su fortaleza, a apoyarlo en toda actividad física que emprendiera. Su interés en el entrenamiento de las artes marciales, se originó al haber sido testigo en su infancia de como unos maleantes golpearon a su padre, debido a que este era un activista social. Esto llevó a Morihei a una búsqueda personal de la perfección en las artes marciales, llegando a conocer a muchos maestros y escuelas tradicionales de artes marciales con armas. Posteriormente fue practicante de una escuela de budismo zen, donde aprendió que se debe ir en favor de la humanidad y no en contra. En función de todo lo aprendido es que Morihei creó el Aikido, denominado el arte marcial de la paz.
La vestimenta
El término japonés para traje es “gi” (pronunciado gui), y “keiko” significa trabajo. Por tanto un “keikogi” es un traje de trabajo, de práctica. Más concretamente el traje de aikido se denomina “aikido no keikogi” o “aikidogi”.
Se trata de un traje que deriva directamente de la indumentaria que usaban los guerreros feudales japoneses, con pequeñas modificaciones.
Un aikidogi se compone de cinco piezas:
- Uwagi: chaqueta blanca, sin costuras formada por una sola pieza, lo suficientemente larga como para cubrir todo el tercio superior del muslo, y cuyas mangas deben llegar hasta al menos la mitad del antebrazo.
Obi: sirve para mantener cerrado el kimono y para sujetar la hakama.
Hakama: pantalón de perneras muy anchas, se caracteriza por cinco tablas paralelas delante y cuatro sobrepuestas detrás.