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El dolor de los padres de Abigail Antelo

Miércoles, 14 de octubre de 2015 00:00
Los padres de Abigail, María Ramírez y Faustino Antelo.
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Tristeza, indignación y la casi certeza de que el terrible homicidio de Abigail Antelo nunca tendrá justicia es lo que sienten los padres de la adolescente de Salvador Mazza, quien apareció asesinada hace poco más de un año en cercanías a la quebrada internacional que separa la Argentina de Bolivia.
La apreciación de Faustino Antelo y María Ramírez, padre y madre de la adolescente, se basa en que el crimen no solamente fue cometido en territorio boliviano, donde la administración de justicia se complica, sobre todo para los ciudadanos extranjeros, sino porque hasta ahora no hay detenidos.
El viernes pasado el fiscal penal de Salvador Mazza, Armando Cazón, en un reportaje realizado por El Tribuno, vinculó a la niña con el narcotráfico y manifestó: "De lo que se pudo reconstruir, ella no vendía, solo pasaba la droga de un país a otro por los pasos clandestinos que hay en este sector de la frontera". Sin embargo, aclaró que por tratarse de un hecho ocurrido en suelo extranjero no pudo intervenir en la investigación y solo hubo colaboración de policías salteños con la Justicia del vecino país.
Cazón habló de la posibilidad de una "mejicaneada" (robo de droga entre bandas) en la que involucró a la infortunada adolescente, pero no dio precisiones sobre la investigación boliviana que lanzó esa versión. "Le destrozaron tanto la cara que fue reconocida por una cicatriz que tenía en la espalda. Eso es un mensaje típico entre bandas de narcos", reflexionó.

Esfuerzo para superarse
Los rastros de la estudiante se perdieron el 25 de agosto de 2014 a las 10 de la mañana, cuando se trasladó a la feria de Pocitos boliviano a comprar una remera para participar de un desfile organizado por la academia de portugués a la que concurría.
María recuerda que "ese mismo día que mi hija no volvía mi esposo fue a poner la denuncia para que la busquen, pero no se la quisieron tomar. Hoy es muy fácil acusarla y relacionarla con el narcotráfico; somos una familia humilde y cuando Abigail regresaba de la escuela le prestaba el uniforme a su hermanita porque no teníamos dinero para comprar otro. Trabajamos todo el día y a la noche volvemos sucios, llenos de carbón, porque de eso vivimos. Y ahora tenemos que soportar que la acusen de delincuente después de que la asesinaron de la forma más cruel. Es muy doloroso para nosotros", expresó en medio de un llanto incontenible.
Las derivaciones
Faustino tiene 27 años, es hermanastro de Abigail y dos días después del hallazgo del cuerpo la Policía de Bolivia lo detuvo junto a un hermano. Fue porque la madre del novio de Abigail lo acusó de haber estado involucrado, pero a los pocos días ambos quedaron en libertad. "Ella estudiaba en la escuela Armada Argentina y además practicaba danzas y estudiaba portugués. Abigail tenía el sueño de ser militar, porque lo que más quería era superarse y salir adelante. La extrañamos", dice Faustino.
Sobre la apreciación del fiscal penal de Salvador Mazza, Faustino no denota bronca ni rencor. "Pobre Aby; usted está viendo cómo vivimos. Si alguno de nosotros hubiéramos andado en eso no viviríamos de esta manera", dice. El joven relata que "a los días que apareció el cuerpo de Abigail vino la ministra de Derechos Humanos, Marianela Cancino, y nos dejó $3.000. Nos prometió que todos los meses nos iba a ayudar y que iban a seguir viniendo, pero no supimos más de ella. Lo que nos dio nos alcanzó para comprar algunos materiales para hacer una pieza, pero otro de mis hermanos compró los hierros y yo estoy haciendo la construcción".
Sin defensa
Susana Altamira es dirigente barrial en Salvador Mazza y recuerda que acompañó a los padres de Abigail desde el momento del asesinato "porque estaban destrozados. Al cumplirse un año de su homicidio vino el fiscal Cazón para hablar con los padres y yo estuve presente. Prometió ayudarlos para que en Bolivia se haga justicia, pero jamás habló de alguna sospecha relacionada con el narcotráfico o con ajuste de cuentas, como declaró posteriormente en El Tribuno", dijo.
La vecina recuerda que "Cazón siempre justificó que no podía hacer mucho porque las autoridades judiciales y la policía boliviana están a cargo de la investigación. Pero ahora señala a la adolescente muerta, que no puede defenderse, de estar dentro de una red de traficantes de drogas. Al cumplirse el año de su muerte quisimos dejarle un petitorio en la Fiscalía, pero no quisieron recibirlo argumentando que ellos no tienen nada que ver con la causa. Ojalá que la justicia finalmente llegue para esta chica y que se detenga a los culpables para darle un poco de paz a esa familia", expresó.
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