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Una herramienta fundamental para poder controlar o hacer frente a un principio de incendio son los matafuegos. Y si se tiene en cuenta la gran superficie cubierta que tiene cada establecimiento, se hace necesario contar con más de un matafuego, ubicados en los lugares estratégicos y de fácil acceso. "Lamentablemente hay instituciones educativas que no tienen ni siquiera un matafuego, otras solo uno o dos, pero se necesitan algunos más para poder decir que se cuenta con una cobertura adecuada. Por otro lado, el personal no está capacitado para usarlos y eso incrementa la inseguridad", explicó el oficial Manuel Calú del cuerpo de bomberos Martín Miguel de Gemes, que estuvieron realizando una capacitación en el colegio Facundo de Zuviría de esta ciudad.
Situaciones límite
En caso de una alarma por siniestros como movimientos sísmicos, inundaciones o incendios, debería existir un plan de evacuación que evite accidentes por el solo hecho de intentar escapar del peligro, porque el miedo y la desesperación generan un cóctel que podría ser más peligroso que el siniestro mismo.
Si bien en base a las diversas charlas dictadas existe una conciencia mínima de lo que debería hacerse para escapar, como evitar correr en cualquier dirección, moverse pegados a un pared, buscar lugares que soporten sismos sin caerse como marcos de puertas, no todos los establecimientos tuvieron simulacros para educar sobre posibles siniestros a los chicos y a sus maestros.
Cabe remarcar que en caso de humo por incendios, hay que moverse lo más al ras del suelo que resulte posible para evitar ahogos. "Vamos a planificar simulacros, buscaremos llegar a todas las escuelas y colegios. Lo bueno es que todos participan, realmente existe un interés generalizado por saber cómo enfrentar estas situaciones", expresó Calú.