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Florencia Todres es parte de la administración de Manos Abiertas e informa que el aporte de los voluntarios sería de dos horas semanales para el acompañamiento de los los alojados temporales.
En la actualidad, la fundación ya cuenta con fondos propios que le permiten dar asistencia a casi 90 personas en forma anual.
Se cuenta, además, con donantes individuales, que fueron llegando gracias a las conexiones que tenían los voluntarios. "Hace 9 años, cuando todo esto empezó, el Arzobispado de Salta también aportaba 1.000 pesos por mes para ayudar en la compra de alimentos. Desde hace un año y medio, como la fundación ya cuenta con una sustentabilidad económica, resolvimos aliviar al Arzobispado de este compromiso", dijo Todres, miembro de la gestión administrativa.
Hoy también se cuenta con el aporte de los bolsones alimentarios de la Cooperadora Asistencial y el espacio físico está cedido por del Arzobispado.
Ante el Gobierno provincial se gestionó un subsidio para el pago de sueldos del personal, que está integrado por 10 colaboradores.
Las carencias de la fundación, a la hora de cubrir la alimentación de los asistentes al hospedaje, siempre se presentan en la provisión de frutas, verduras y carnes.
Manos Abiertas es una organización nacional que cuenta con cinco hospederías en el país, dos de la cuales se ubican en la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Jujuy y Salta.
Llegar desde la calle
Las personas en situación de calle están en esa situación por varias razones: problemas con la familia, pérdida de trabajo o algún tipo de adicción.
También existen los casos de personas que están en situación de calle en forma temporal. Son personas que llegan desde el interior de la provincia por un trabajo que no se concretó o acompañando a algún pariente enfermo.
Muchas de las personas que llegan a la fundación son derivados del hospital San Bernardo, Oñativia, Materno Infantil y Papa Francisco.