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El fin de semana pasado, delincuentes ingresaron al edificio escolar por el salón de usos múltiples, destrozando las rejas.
Los malvivientes vaciaron el bufete, robaron herramientas, elementos de iluminación y -luego de horas de permanecer adentro del edificio escolar- se alzaron con más de 100 netbooks de los estudiantes, además de parlantes, un equipo de música y diversos elementos que se utilizan tanto en el nivel primario como en el secundario de la institución educativa.
Estuvieron horas adentro
Los delincuentes, además, rompieron puertas, candados, arrojaron por todos lados elementos de limpieza y hasta consumieron sándwiches y gaseosas.
Lamentablemente, ningún vecino escuchó o vio algo a pesar de que los delincuentes -conocedores del lugar donde se guardan los elementos de mayor valor- permanecieron a sus anchas y durante horas dentro de la escuela.
Para llevarse la gran cantidad de elementos que robaron debieron utilizar un vehículo pero ningún vecino dijo escuchar o ver algún movimiento extraño ni la presencia de un automotor alguno en cercanías de la escuela.
Como las rejas que tiene el edificio son de caño estructural, los ladrones operaron con mayor facilidad.
Las cámaras no funcionan
Las cámaras de seguridad colocadas en las cercanías del edificio escolar no registraron ninguna imagen, sencillamente porque ni las cámaras ni el sistema de monitoreo inaugura do hace dos meses en Tartagal funcionan.