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Francisco y Jorge son pacientes ambulatorios del hospital militar. Tenían muchas ganas de hacer el vía crucis; salen muy poco. Gracias a la buena voluntad de Carlos y Sandra, sus amigos, llegaron a la cumbre. Hasta el Paseo Gemes fueron en colectivo sin problemas. Lo difícil fue regresar. "Cuando terminó el vía crucis bajamos hasta la ruta y los policías de tránsito nos dijeron que sigamos por la ruta hasta dar con la parada del 2A. Pasó el cole y el chofer nos dijo que ese corredor no tenía unidades con piso bajo", relató Carlos a El Tribuno. Caminaron hasta la próxima garita, unas cinco cuadras más, para tomar el 2G. Según el chofer, ese corredor sí tenía unidades con piso bajo. "Pasa que Jorge tiene una silla eléctrica que no entra en un remís", explicó el hombre.
Estuvieron desde las 14, a las 16.15 le volvieron a preguntar a un chofer de otra unidad del 2G si los podía llevar. El chofer les respondió: "Es la tercera vez que me preguntás lo mismo. No hay colectivos así en este corredor". Carlos y Sandra optaron por subir al colectivo común: "Les hicimos cococho a Francisco y Raúl, y los subimos. No podíamos esperar más", aseguró Carlos.