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"En resumidas cuentas, cuando se llevaron a la bebé me rompieron el corazón y ella está sola, no tiene familia, mientras que nosotros siempre estuvimos interesados en tenerla. La encontramos solita, tirada en la calle y la asistimos. Recuerdo que ese día trataba de estimularla para que no le agarre hipotermia", comentó Amalia.
Esta vecina del barrio Fraternidad, que le salvó la vida a Guadalupe, contó a El Tribuno que el 19 de abril tuvo a la bebé durante cinco horas apretada a su pecho. "Por respeto a la Justicia no la quisimos retener. Hicimos todo legalmente y el resultado es que la bebé está sola, sin familia y esta situación me duele mucho. Yo pensé que al salir del hospital me iban a invitar a seguir teniendo contacto con la bebé, pero no fue así. No nos permiten verla porque no somos sus padres biológicos y nos piden para eso una orden judicial. Cuando yo le salvé la vida no pedí una orden judicial antes de hacerlo, lo hice por instinto de madre, con todo mi amor", analizó Amalia.
Para esta mujer, el desinterés por parte de las autoridades es llamativo. No entiende este silencio por parte del Poder Judicial. "Sentimentalmente toda mi familia está dispuesta a que la bebé viva con nosotros. Guadalupe necesita una familia y yo quiero dársela. En mi casa le vamos a dar afecto y todo lo que ella necesita. ¿Si el Estado iba a ayudar a la madre que la abandonó, cómo no me van a ayudar a mí que le salve la vida?", preguntó.
Guadalupe está presente todos los días en los pensamientos de Amalia. "Todavía recuerdo cuando la encontré. Siento como que escribí esta novela, que fui la autora, y sin embargo recibí el peor papel. El rol de no ser nadie. Siento que le volví a dar la vida a esa bebé", agregó.
Amalia contó que las autoridades le dijeron que mientras no se encuentre una familia que adopte a Guadalupe, seguirá durmiendo en el Hogar Cuna. "Nosotros la queremos recuperar, nunca la quisimos que nos la saquen, la sentimos como una hija más. Somos propietarios de esta casa, pero mi marido es jubilado y yo estoy desocupada, por esa situación me siento vulnerable", explicó. Para Amalia, su acto de amor tiene que significar algo para las autoridades y espera que ellos escuchen su mensaje. Amalia esta sobrepasada por la situación, y es entendible. Quizás, sin la intervención de ella, hoy Guadalupe no estaría viva. "Salvar una vida para la Justicia no es nada por el solo hecho de que no tengo trabajo. Entonces yo le digo a la señora presidenta que me de trabajo. Si tengo que estudiar lo hago", finalizó.