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28 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Faro de innovación en un mar de desafíos

La Inteligencia Artificial puede ser la herramienta que nos ayude a cumplir la promesa más básica: que cada joven en Salta termine la escuela sabiendo leer, escribir, calcular y pensar críticamente. El momento de actuar, con audacia y visión, es ahora. 
Jueves, 28 de agosto de 2025 02:03
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Los resultados de las Pruebas Aprender 2024 para la provincia de Salta no son solo números en un gráfico; son el reflejo de una realidad urgente y compleja. Constituyen un diagnóstico contundente de un sistema educativo que, a pesar de los esfuerzos, ve cómo se profundizan las brechas y se erosionan los aprendizajes fundamentales.

Las cifras son elocuentes y alarmantes. En nuestra provincia, solo el 56.7% de los estudiantes alcanza un nivel satisfactorio o avanzado en Lengua, y esta cifra se desploma a un 12.8% en Matemática. Esto significa que, al finalizar su escolaridad obligatoria, 43 de cada 100 jóvenes salteños no comprenden textos de manera adecuada y 87 de cada 100 no pueden resolver problemas matemáticos básicos. La crisis es profunda, sistémica y está marcada por una dolorosa desigualdad: los estudiantes de contextos socioeconómicos más vulnerables tienen hasta 40% menos de probabilidad de lograr un buen desempeño que sus pares más aventajados.

Este escenario no dista mucho de la realidad nacional y es en cual el Ministerio de Capital Humano impulsa el Programa Argentino de Innovación de la Educación con Inteligencia Artificial (PaideIA), una iniciativa orientada a integrar pedagógicamente herramientas de IA en todos los niveles educativos. Según se define, PaideIA "adopta un enfoque centrado en la persona preparándolos para comprender y participar activamente en un mundo cada vez más mediado por la tecnología".

Su enfoque está planteado en el desarrollo progresivo de habilidades - desde el pensamiento computacional en primaria hasta la creación de soluciones con IA en secundaria - es pedagógicamente sólido y visionario. Los tres pilares que lo estructuran parecen ser la respuesta exacta a los déficits que Aprender 2024 ha evidenciado: fomentan la resolución de problemas, el pensamiento crítico y la autonomía. Sin embargo, surge una pregunta inevitable: ¿es posible su implementación efectiva en las condiciones actuales?

El riesgo de una gran brecha

La brecha entre la teoría ambiciosa de PaideIA y la realidad cruda de las aulas es enorme. La pregunta crucial es: ¿Quién guiará esta transformación? El programa depende por completo de un actor que el sistema ha dejado sistemáticamente de lado: el docente.

La paradoja es evidente: se pretende implementar una revolución educativa del siglo XXI con una formación docente anclada en el siglo XX. Si los planes de estudio de los profesorados no incluyen didácticas específicas para IA, pensamiento computacional o ética digital, ¿cómo se espera que los nuevos egresados lideren este cambio? Y más urgente aún: ¿cómo se capacitará a la legión de docentes en actividad, muchos sobrecargados y con acceso limitado a la tecnología?

Podemos y debemos anticiparnos a los riesgos. Si PaideIA avanza sin una inversión masiva, estratégica y simultánea en el desarrollo profesional docente, los resultados previsibles podrían ser los siguientes:

1. Una brecha de implementación abismal ya que probablemente las innovaciones se concentren en islas de excelencia (ciertas escuelas privadas o urbanas con recursos), como ya está pasando en muchas instituciones, ampliando la desigualdad educativa que denuncian los resultados de Aprender 2024. Los estudiantes de contextos vulnerables, que son los que más se beneficiarían de la personalización que ofrece la IA, quedarán una vez más rezagados.

2. La subutilización y desilusión pues las herramientas de IA, por más avanzadas que sean, se convertirán en juguetes caros o en plataformas subutilizadas para reproducir viejas prácticas si no se contempla todo el ecosistema educativo. La frustración nacerá de la promesa incumplida: los docentes, sin la formación adecuada, no verán el valor agregado y volverán a sus métodos tradicionales.

3.  Un enfoque erróneo en la técnica sobre la pedagogía ya que existe el riesgo de que el programa se convierta en una mera enseñanza de programación, perdiendo de vista su objetivo central que es mejorar los aprendizajes fundamentales. La IA no es un fin en sí mismo; es un medio para que un estudiante finalmente comprenda un texto o resuelva una ecuación.

El camino hacia el éxito de PaideIA, por lo tanto, no pasa solo por adquirir tecnología, sino por forjar alianzas y estrategias audaces que deben incluir una reforma urgente de la Formación Docente y que los institutos y universidades integren módulos obligatorios sobre didáctica de la IA, pensamiento computacional aplicado y ética digital propiciando que la capacitación en servicio sea masiva, contextualizada (con ejemplos para enseñar Lengua y Matemática) y con mentoreo constante. Asimismo, planificar la conectividad y contenidos locales ya que se debería garantizar conectividad en las escuelas y barrios, y desarrollar herramientas que funcionen offline. La IA debe ser entrenada con contenidos que reflejen la realidad cultural y social de Salta para que sea pertinente. Tampoco se debería dejar de lado la Ética y Seguridad ya que es primordial educar en el uso crítico y seguro de la IA. El plan debe incluir un fuerte componente de educación digital que promueva la ciudadanía responsable. La realidad local nos dice, que ante la carencia de muchos de estos elementos en el sistema educativo, y como emergente del mismo, se decidió inclusive prohibir el uso de celular en el aula. ¿Cómo integrar IA en el aprendizaje sin celular? ¿O se tendrá previsto entregar a cada alumno, nuevamente, una computadora equipada con los insumos necesarios? Difícil saberlo porque, si bien conocemos la política nacional al respecto, se desconoce si a nivel local se avanzará en tal sentido y cuál será el plan de acción.

La IA como aliada estratégica 

Lejos de ser una carga más, la IA puede ser la palanca para abordar los problemas que las pruebas censales detectan. Los datos de Aprender 2024 no solo muestran problemas, sino que señalan caminos para las soluciones. Podría permitir, si se implementa adecuadamente:

1.  Personalización Masiva: El 28.4% de los estudiantes salteños tiene sobreedad. La IA, mediante plataformas adaptativas, puede diagnosticar en tiempo real las dificultades de cada alumno y ofrecer itinerarios de aprendizaje personalizados. Un sistema puede identificar que un estudiante de 5° año no comprende fracciones y generar ejercicios para nivelarlo, atacando así la raíz del fracaso escolar: la homogenización.

2.  Tutorías Inteligentes: Los preocupantes resultados en Lengua y Matemática claman por un apoyo individualizado. Los asistentes de IA conversacionales pueden actuar como tutores 24/7, disponibles desde cualquier celular, permitiendo practicar comprensión lectora o resolver problemas con feedback inmediato.

3.  Asistencia al Docente: La IA puede liberar a los docentes de tareas administrativas como corregir ejercicios o planificar, automatizando estos procesos. Esto les permite dedicar su tiempo al vínculo pedagógico, la motivación y la guía experta, que son irremplazables.

4.  Gestión Educativa Inteligente: La IA puede transformar la foto anual de Aprender en una película en tiempo real. Al cruzar datos de asistencia y desempeño, puede predecir el riesgo de abandono escolar con semanas de antelación, permitiendo intervenciones tempranas y basadas en evidencia.

La Oportunidad en la Crisis

En definitiva, el éxito de cualquier plan que implique incorporar IA en los aprendizajes y la gestión educativa no se medirá por la cantidad de software adquirido, sino por una métrica simple y crucial: si logra mejorar los resultados de la próxima Prueba Aprender a partir de su implementación o del aprendizaje en general acorde a esta época y que permita que los alumnos dialoguen con estas herramientas.

La IA ofrece la oportunidad histórica de personalizar la educación a escala masiva. Pero sin el docente como guía y corazón del proceso, toda la tecnología será inútil. Proyectos como PaideIA tienen el potencial de ser ecualizadores, pero su destino depende de que entendamos que la verdadera inteligencia que debemos desarrollar primero es la inteligencia pedagógica, colaborativa y estratégica de nuestro sistema educativo y, muy especialmente, de nuestros maestros y profesores.

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