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"Me voy con la satisfacción personal de haber cumplido con todos mis vecinos", asegura este político, que fue reelecto dos veces en su pueblo y concluye ahora su tercer mandato.
¿Cómo vive este 16 de agosto, el último como intendente de su localidad?
Trabajando como lo hice desde aquel 10 de diciembre de 2003 en que me tocó asumir esta responsabilidad institucional. Cualquier militante o dirigente aspira a ser intendente de su pueblo. Yo logré concretar con esa aspiración, pero también pude hacer realidad muchos proyectos con los cuales soñaba cuando era concejal o un simple militante. Saber que el 90 por ciento de las familias de Aguaray tienen agua corriente, cloacas, electricidad, que también las comunidades aborígenes ahora tienen gas domiciliario y que pudimos ponerle pavimento a miles de vecinos es algo que me da una profunda satisfacción.
Aguaray está conformado por muchos parajes, muy alejados unos de otros y sin embargo a todos pudimos llegar con obras, con ayuda comunitaria, con fuentes de trabajo para concretar esos trabajos que no tienen otra finalidad que mejorar la calidad de vida de la gente de la región.
¿Que quedó por concretar en Aguaray?
Sin duda que muchos proyectos que están en curso, como la colocación de electricidad para el Valle de Acambuco. Hace más de cinco años que comenzamos con esa gestión, por eso cuando los presidentes de la Argentina y Bolivia firmaron el acuerdo marco sentí mucha satisfacción. Durante estos años tuvimos un sinnúmero de reuniones con funcionarios de los dos países por este tema y ahora queda "la letra chica" y que se trabaje para que las familias del valle tengan ese servicio, más allá que nosotros les colocamos alrededor de 400 paneles solares. Otro proyecto que está en marcha es la construcción del puente sobre el río Caraparí y la reconstrucción de la ruta nacional 34 en el tramo norte. En ese tema, desde este municipio hicimos innumerables gestiones, trámites y pedidos más allá de que se trata de una ruta nacional. La planta depuradora de líquidos cloacales es otro proyecto prácticamente finalizado al que solo le falta algunas cuestiones técnicas menores para terminar con la contaminación. Hay muchos otros en plena gestión que le quedará impulsarlos al próximo intendente y, por supuesto, generar nuevos planes.
¿Cuales han sido las obras que más gratificaciones le dieron?
Sin dudar respondo: que miles de vecinos tengan los servicios básicos, pero también la construcción de la escuela en Villa Sagrada. Es un edificio moderno que se merecen los chicos que asisten a la escuela pública. En Aguaray funcionan salas de Nivel Inicial para 3 y 4 años y creo que ni el departamento ni la provincia tienen estas salas totalmente independientes. Lo que hemos invertido en construcción y mejoramiento de escuelas, en promoción del deporte y en salud, entre otras áreas, ha sido mucho. Hoy estamos ampliando el hospital con el Fondo de reparación histórica y mi anhelo es que se le coloque un ascensor, aspecto sobre el que hicimos las gestiones y esperamos que sean una realidad. Otra obra que se ejecuta con el mismo fondo presupuestario es el acueducto que toma agua desde Capiazuti, lo que nos permitirá dejar de depender del sistema del Itiyuro. El fondo no es un favor que nos hace el Estado provincial, sino que son recursos de los municipios productores de hidrocarburos y, en ese contexto, Aguaray es el principal productor de gas de Salta.
¿Cómo seguirá su actividad política y que mensaje le deja a su pueblo?
Fui electo convencional constituyente para elaborar la carta orgánica municipal y voy a seguir militando en la Asociación Democrática Comunitaria (Adeco). Nuestro espacio logró tres bancas de las siete del Concejo Deliberante de Aguaray, porque la comunidad en esta oportunidad nos dio el rol de opositores. Estos fueron los años más felices de mi vida porque pude concretar muchos sueños y porque después de 12 años de gestión y de manejar millones de recursos públicos, ningún juez me imputó un delito ni soy sospechoso de ninguna maniobra fraudulenta. La Auditoría General de la Provincia, como lo hizo con todos los municipios que cambian intendente en diciembre próximo, me auditó hasta el último comprobante y está todo más que claro. Dejo una administración moderna, informatizada, un parque automotor flamante con vehículos y maquinarias pesadas de todo tipo, con todo el personal municipal con sueldos al día, con obreros equipados como corresponde y con un stock de herramientas todas inventariadas. Como un hombre de la democracia, que siempre se sometió a la voluntad popular, deseo que el intendente que me sucede tenga una muy buena gestión porque eso será en beneficio de la gente de Aguaray y hasta mía personal, porque vivo y viviré siempre en este pueblo.