inicia sesión o regístrate.
Nélida Asunción Rodríguez tenía 53 años y compartía con su hija, una joven de 25 años, y otros parientes una reunión familiar el domingo en su casa, en la calle Gómez Recio 685.
Habían almorzado y disfrutaban de un día de descanso, cuando arribó a la casa Ángel Serafín Sosa Velardes, expareja de Nélida, junto con la hija que tienen en común, una adolescente de 14 años.
El hombre pidió hablar con Nélida y luego ambos entraron a una habitación.
En pocos minutos toda la familia y también algunos vecinos escucharon gritos desgarradores de la mujer que pedía auxilio. La hija mayor de ambos irrumpió en la pieza y vio cómo su padre acuchillaba a su madre por lo que se abalanzó sobre él y forcejearon hasta que pudo quitarle el cuchillo.
Un llamado al 911 alertó sobre el suceso y un cadete de la Policía corrió al lugar seguido de una patrulla. Allí detuvieron al presunto homicida. Un sargento intentó tranquilizar a las hijas y otros parientes de la mujer asesinada que estaban en una crisis de nervios. Se oyeron gritos y llanto desconsolado.
Nélida yacía tendida en el piso cubierta de sangre. Tenía tres heridas en el tórax y una en el cuello. Un familiar médico que estaba cuando ocurrió el ataque intentó reanimarla. Lo mismo hizo una médica del Samec. Nélida había perdido demasiada sangre. La trasladaron al hospital San Bernardo, pero ingresó sin signos vitales.
"Una hipótesis sobre el móvil del crimen es que ella habría iniciado una relación sentimental y su exmarido no lo aceptó", informaron fuentes policiales.
La casa tiene dos plantas. En la de abajo residía Nélida y en la de arriba un familiar quien contó que escuchó ruidos y gritos y que bajó las escaleras y se dio con la terrible noticia. La hija de 14 años fue trasladada a la comisaría 9, a tan solo 80 metros de distancia.
La tranquila tarde de domingo se transformó, en la calle Gómez Recio, en un hervidero de policías, peritos y fiscal. La jueza de Garantías 1, Ada Zunino, ordenó la detención de Ángel Sosa Velardes.
Se supo que el hombre registraría antecedentes penales y que habría ejercido violencia de género contra Nélida cuando ambos convivían. Aparentemente, ella nunca lo denunció. Desde que finalizaron la relación, Sosa Velardes solía visitar la casa con frecuencia.