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Algunos números
Según un trabajo de investigación de la sexóloga Robertha Medina, aplicado a 1071 personas de entre 13 y 63 años; 32,8% hombres y 67,2% mujeres:- La mayoría afirma haber sostenido conversaciones de contenido sexual o erótico por Internet.
- En primer lugar se usa el texto y luego el audio y el video.
- Las herramientas más usadas son los chats, las redes sociales y la telefonía fija/celular.
- La mayoría considera que si su pareja interactúa eróticamente con otra persona vía Internet está cometiendo un acto de infidelidad.
Consejos para practicarlo
Sam Schneider, en un artículo publicado en el sitio ZoomNews.es, ofrece algunos consejos para que tu sesión de cibersexo resulte lo mejor posible.- Es importante actuar como si la persona -ya sea tu pareja o quien acabas de conocer a través del chat- estuviera físicamente con vos.
- Sacate la ropa de manera juguetona delante de la cámara, buscando calentar el momento con seducción y coqueteo.
- Atrevete, incluso, con un "striptease" que ponga a mil a la otra persona (o personas).
- Agregale imaginación. Tenés que describir todo lo que harías mediante las palabras y, claro, pedirle lo mismo a la otra persona.
- Es el momento perfecto para recurrir a cualquier fantasía erótica que tengas en mente y hacérsela saber.
- Estás solo o sola. Asegurate de que nadie puede encontrarte "in fraganti".
- Utilizá juguetes sexuales. Valen los específicos o cualquier cosa que tengas por casa y pueda servir como elemento para hacer que la sesión de cibersexo sea todavía más caliente.
Peligros del cibersexo
Schneider alerta también sobre los peligros que puede acarrear este tipo de relaciones sexuales, muy común en pleno siglo XXI.- La cámara puede ser vulnerable ante ataques de hackers.
- Hay que tener cuidado con la o las personas con las que se practica el cibersexo, sobre todo si son desconocidos que te pueden jugar una mala pasada grabándote o sacando fotos para luego chantajearte.
- El cibersexo también puede provocar, en casos extremos, adicción. Al igual que en otras adicciones, al principio se hace un uso esporádico y puntual y a medida que pasa el tiempo la persona aumenta la frecuencia de uso hasta que se termina perdiendo el control sobre la conducta.
- Cambios de patrón del sueño por quedarse hasta muy tarde practicando cibersexo, tener cada vez menos relaciones con la pareja y ver el sexo virtual como única fuente de gratificación o estar pensando constantemente en conectarse para practicarlo son solo algunas de las alarmas que avisan de una posible adicción.
Perfil de una persona adicta
- "-He intentado con todas mis fuerzas hacer ejercicio, no perder el tiempo en casa (...) tratar de volver a jugar con mis hijos o tener sexo nuevamente con mi mujer. Todo ha fracasado, el problema con mi sexualidad continua. -¿Cuál es su problema? -Hace 17 años que me masturbo 7 veces diarias ante videos pornos". Este testimonio pertenece al libro "Atrapados en el sexo", del psiquiatra Carlos Chiclana. Esta situación, o parecida, la vive el 8% de la población, el 6% hombres y el 2% mujeres, entre 25 y 50 años y la mitad de todos ellos con una relación de pareja estable.
- Basta con escribir la "s", la "e" y la característica "X", para que nos salten a la pantalla mensajes de sexo gratis y videos porno. Los datos lo delatan: la palabra "sexo" es ingresada en los buscadores unas 5 millones de veces al día, según la página Hitwise.com. Otro número aún más llamativo es que el 43% del contenido de Internet es sexo y pornografía. 30.000 personas están viendo pornografía cada segundo y el 25% de las búsquedas en Internet son pornográficas.
- La adicción al cibersexo afecta principalmente a clases socio-económicas medio-altas y como asegura el experto en sexología, Joan Mir Pizà, "se instala más fácilmente en un cerebro adictivo y en una personalidad buscadora de sensaciones potentes. Es la adicción más negada por su rechazo social".
- Los factores de riesgo por los que una persona, en mayor porcentaje un hombre, se convierte en un adicto al cibersexo, según Mir Pizá, son: varones buscadores de sensaciones potentes; aislamiento social afectivo; historias de abusos sexuales en la infancia; déficit de habilidades sociales; baja autoestima; alta introversión; estados emocionales negativos; disfunciones sexuales; baja tolerancia a la frustración.
- Algunas señales de adicción al cibersexo: aparecen cambios físicos (deterioro en el estado general, alteraciones en el ritmo de sueño, variación en el peso o cansancio); cambios en el estado de ánimo (ansiedad, tristeza, irritabilidad, impaciencia, aislamiento o intolerancia); cambios en los estudios o en el trabajo (disminución del rendimiento, retrasos, ausencias o conflictos); cambios en las relaciones familiares o sociales (discusiones frecuentes, desconfianza, secretismo o deterioro de las amistades).
- Las cifras que revelan el precio de ser un adicto al cibersexo, difundidas por el médico sexólogo, son alarmantes: el 40% pierde a su pareja; el 36% de las mujeres abortan; el 27% tienen problemas laborales; el 68% se arriesga a contagiarse con Enfermedades de Transmisión Sexual; el 72% general ideas obsesivas suicidas y el 17% lo ha intentado.