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Los hinchas de Racing festejarán hoy los 50 años de una conquista histórica: la obtención de la Copa Intercontinental, después de vencer 1-0 en Montevideo al Celtic de Escocia con el recordado gol de Juan Carlos “Chango” Cárdenas, y el primer título mundial para el fútbol argentino.
La academia festejará hoy el título logrado el 4 de noviembre de 1967 en la previa del partido ante Talleres de Córdoba, por la octava fecha de la Superliga, con un espectacular show de luces y sonidos.
El acto contará con el técnico de aquel equipo, Juan José Pizzutti, hoy con 90 años, y varios protagonistas de aquella histórica gesta, como el Chango Cárdenas, el autor de aquel inolvidable zapatazo desde 30 metros que se clavó en el ángulo izquierdo.
Muchos recordarán, entonces, aquella calurosa tarde de sábado de 1967, cuando los argentinos de todos los equipos se reunieron a ver la transmisión del partido a través de Canal 7, con el relato de Horacio Aiello. Racing había llegado a ese tercer partido ante el Celtic Glasgow, campeón de Europa, en el Centenario de Montevideo, ante mucho público uruguayo que se inclinó a favor del equipo escocés, en su condición de campeón de la Copa Libertadores, que le había ganado a Nacional de Uruguay. El fútbol argentino aún arrastraba el fracaso que significó en 1966 la eliminación del Mundial de Inglaterra, en cuartos de final ante el país organizador, a la postre el campeón.
Por eso, la esperanza se centraba en aquel “Equipo de José”, un conjunto nacido desde la humildad y el trabajo que amalgamó la veteranía de jugadores como Humberto Maschio y Juan Carlos Rulli, con las ansias juveniles y el temple de Roberto Perfumo, Alfio Basile, Agustín Cejas y Rubén “Panadero” Díaz.
Además, el trascendental partido en Montevideo tenía el condimento de los dos intentos frustrados de Independiente por obtener ese logro, en sendas finales ante Inter de Milán en 1964 y 1965.
Racing jugó el partido de ida por la Intercontinental en Escocia, en el Hampden Park, presentó un esquema defensivo y fue derrotado 1-0, ante cien mil espectadores el 18 de octubre, con gol de Mac Neil.
En la revancha, jugada en Avellaneda el 1 de noviembre, ante un Cilindro colmado, la academia se impuso 2 a 1 con goles de Cárdenas y Néstor Raffo, mientras que Tommy Gemmel, de penal, había abierto el marcador del partido para los escoceses.
De tal forma, los equipos debieron jugar aquel memorable tercer partido, que se llamó “La Batalla de Montevideo”, lo que llevó al árbitro paraguayo Rodolfo Pérez Osorio a expulsar rápidamente a Basile de Racing y Lennox, del Celtic, en el primer tiempo. En la segunda parte, echó a Johnstone y Hughes, del Celtic, y a Rulli, de la academia.
A los 11 minutos del segundo tiempo, y con el marcador igualado en cero, llegó la histórica y trascendental jugada. Cárdenas recibió de Rulli aquella pelota de gajos negros y blancos, a unos 30 metros del arco. Tras ver el claro, clavó un zapatazo de zurda que se metió en el ángulo izquierdo para delirio del pueblo racinguista.
En medio de muchos recuerdos gloriosos, como la serie de títulos del amateurismo que llevó a declarar a Racing como el heredero del fundacional Alumni; o el tricampeonato del ‘49, ‘50 y ‘51; los títulos del ‘58 y el ‘61 y el campeonato del 66 con los 39 partidos invicto; aquella Intercontinental brilla con luz propia. Y eso celebrarán los hinchas de Racing hoy, al margen de la pálida imagen actual en un semestre para el olvido.